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JORGE GÓMEZ NAREDO
@jgnaredo
Apostaron a la guerra interna, a que se pelearían todos y que habría una desbandada, a que se dirían lo peor, a que habría escisiones y se desmoronaría todo. Y no ha sido así. Sí, los de oposición han apostado a que Morena se separe, a que haya tensiones y muchos se salgan y que eso provoque el rompimiento. No ha pasado.
Uno de los momentos más tensos fue el de la selección de los coordinadores estatales de los comités de defensa de la transformación, es decir, los próximos candidatos a gobernar las nueve entidades que estarán en disputa en 2024. Y es que hay aspiraciones personales que, muchas veces, se tienen que sacrificar por el proyecto de la Cuarta Transformación.
Además, el proceso fue aún más complicado, pues se tenía que seleccionar a cinco mujeres y cuatro hombres, y algunos casos los hombres fueron los que ganaron la encuesta. La oposición se frotaba las manos para que hubiera desbandada, y que quienes se creían con el derecho de ser los candidatos, no estuvieran de acuerdo, se salieran de Morena y se fueran a otro partido. Y no sucedió así.
El caso más tenso sin duda era el de la Ciudad de México. Omar García Harfuch aventajó en la encuesta, pero para lograr la equidad, no fue designado coordinador, sino que lo fue Clara Brugada. Muchos pensaban que habría pleito entre los distintos grupos en Morena, pero no fue así. García Harfuch aceptó que no sería él el candidato.
Así pues, uno de los momentos más tensos en todo el proceso electoral, Morena lo ha superado sin rompimientos graves en las distintas entidades. Y eso fortalece. Si se logra la unidad, y quienes se vayan del partido sean pocos (como hasta ahora ha sucedido), el partido que fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador será una aplanadora y logrará lo que tanto se anhela: el control de las Cámaras de Diputados y de la de Sanadores para así lograr reformas vitales: la electoral y la judicial.
Todo va viento en popa para lograr ese objetivo. Y es algo que el país necesita.
