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ALEJANDRO REZA
La calle Regina, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se ha convertido en un foco de conflicto entre vecinos, comerciantes y autoridades por la presencia de chelerías, bares y antros irregulares que operan sin control y generan violencia, ruido y suciedad.
La rehabilitación se trató de un proyecto de peatonalización sobre la calle Regina, la cual está situada a unas cuadras del Zócalo capitalino, que tenía como objetivo dar una nueva vista a parte del Centro Histórico y construir un “Oasis Cultural” en el primer cuadro de la ciudad.
Estos negocios, que suman alrededor de 35 en un área de menos de 10 cuadras, han desplazado al proyecto cultural que se inició en la década del 2000 para rescatar el valor histórico y artístico de la zona; en esa época se invirtieron poco menos de 100 millones de pesos.
Los habitantes del corredor Regina han denunciado que las chelerías atraen a clientes conflictivos que se pelean entre sí o con los meseros, que consumen y venden drogas en la vía pública, que orinan y vomitan en las banquetas y que hacen escándalos hasta altas horas de la noche.
Los vecinos también han documentado en un grupo de Whatsapp creado por las autoridades locales para atender sus demandas, las constantes agresiones y disturbios que se registran en la calle Regina.
A pesar de que se han realizado algunos operativos para suspender actividades a algunos establecimientos por incumplir con la normatividad, los vecinos afirman que estos vuelven a abrir al poco tiempo o siguen funcionando con total impunidad.
Además, lamentan que el proyecto cultural que se impulsó hace más de 20 años para recuperar el espacio público y ofrecer actividades artísticas y recreativas haya sido abandonado por las autoridades y sustituido por un ambiente de inseguridad y deterioro.
En esta calle se encuentran edificios históricos como la iglesia de San Miguel Arcángel, el convento de Regina Coeli y el antiguo Colegio de Niñas. Además, es una zona con una gran oferta gastronómica, cultural y comercial que atrae a miles de visitantes cada año.
La calle Regina es también un ejemplo del contraste entre el pasado y el presente, entre la cultura y el comercio, entre la convivencia y el conflicto. Es una calle que necesita ser rescatada por las autoridades, los comerciantes y los vecinos para recuperar su esplendor y su tranquilidad. Es una calle que merece ser vivida y no sufrida.
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