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SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS.
Hay rollos y hay acciones. Si comprendemos los retos de gobernar, de hacer posible la vida en compleja interacción de intereses, grupos, manifestaciones, bloqueos, grillas infinitas, podemos acercarnos al desafío del gobierno de la capital nacional.
Uno de los conceptos de operación de los equipos directivos es el de “gobernabilidad democrática”. Implica la capacidad de atención de los gobiernos a las causas generadoras de conflictos y una forma de trabajo donde exista una colaboración estrecha con la ciudadanía.
Los gobiernos no pueden actuar de manera unilatera l, necesitan construir consensos y acuerdos, de acuerdo a la defensa del secretario de Gobierno, Ricardo Ruiz Suárez, de la gestión encabezada por Martí Batres y en su momento de Claudia Sheinbaum Pardo, de quien fue diligente y eficaz subsecretario de gobierno.
Sin Personas 24/7 todo el año no habría sido posible lo descrito por él como, “un ejercicio eficiente del servicio público para atender las demandas de la ciudadanía”, durante su comparecencia ante el Congreso de la CDMX.
De izquierda desde su juventud, Ruiz Suárez coordina un equipo en el que hay académicos, profesionales, activistas y notables liderazgos capitalinos.
Con todo, en un ambiente democrático, todo es como en la casa del cuetero, donde unos defienden lo que a otros disgusta.
En su diálogo con los legisladores reportó la atención a las 16 mil 431 manifestaciones sociales registradas en cinco años, 90 por ciento de la cuales se vincula con asuntos federales, de otras entidades o épocas.
Ruiz aludió a la Comisión Interinstitucional contra Delitos en Materia de Trata de Personas y al Programa Sí al Desarme, Sí a la Paz, ambos temas en los cuales participa el Consejo Ciudadano. Se han canjeado 8 mil 341 armas y de ahí se fundirá este año la segunda estatua por la paz de esta administración.
Gobernar es más duro a veces que los estatuarios materiales ferrosos.
