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JORGE GÓMEZ NAREDO
@jgnaredo
El 30 de septiembre del próximo año será el último día de la administración de Andrés Manuel López Obrador. Hasta ahora, su sexenio ha marcado positivamente al país y lo ha hecho de raíz. Ha habido muchos avances en muchas materias, y se ha dado un fenómeno que hace décadas no se daba: que la gente quiera y respete a su presidente.
Cuando tomó posesión como presidente Enrique Peña Nieto, en 2012, parecía imposible que Andrés Manuel López Obrador se convirtiera seis años después en mandatario. La prensa lo consideraba ya un cadáver político: un liderazgo que no aportaría más. Además, se salía del PRD, y era incierto que en tan poco tiempo pudiera fundar un nuevo partido que fuera competitivo. Parecía que era el fin, políticamente hablando, de AMLO.
Pero no fue así. En pocos años, López Obrador logró consolidar a Morena, y en seis, ganó no sólo la presidencia de la República, sino que también las Cámaras de Diputados y Senadores. Los fenómenos AMLO y Morena son dignos de estudio.
Cuando ganó la presidencia de la República, había ciertas dudas acerca de cómo le haría para cumplir todo lo que había prometido. Era luchar no sólo con lo que el propio AMLO denominó el “elefante reumático, mañoso y corrupto” (es decir, la administración pública heredada del neoliberalismo), sino que también había que enfrentar a la oposición y a los medios de comunicación.
La tarea era titánica, pero a cinco años ya de distancia, se puede decir que se logró. México hoy es un mejor país. Hay una administración responsable que trabaja entorno al pueblo, y que ha puesto a los humildes como prioridad.
Además, para agregar complejidad, en este sexenio se enfrentaron dos elementos externos que no estaban presupuestados: la pandemia de covid-19 y la guerra entre Rusia y Occidente.
Falta aún mucho por hacer, pero se ha avanzado de forma enorme: hay menos pobreza y más igualdad. Por eso se precisa continuidad, y es lo que en realidad está en disputa en el 2024. Y todo indica que la habrá, en manos de Claudia Sheinbaum.
