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JORGE GÓMEZ NAREDO
@jgnaredo
A Claudia Sheinbaum, quien ganó en el proceso de selección del coordinador o coordinadora de los Comités de Defensa de la Transformación dentro de Morena, le ha ido viento en popa.
Ganó con un mucho margen. Es decir, su legitimidad es muy amplia. Y aunque Marcelo Ebrard, en un claro ejemplo de error estratégico, acudió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la verdad es que es un hecho que sus quejas no prosperarán.
Sheinbaum ha logrado unir a los distintos liderazgos en Morena, y ha comenzado un recorrido por todo el país para organizar al movimiento que fundó el hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. A donde va, hay multitud esperándola y le aplauden y le avientan gritos de “presidenta, presidenta, presidenta”.
Las encuestas que hasta ahora se han publicado, que siempre suelen perjudicar a Morena, le dan una ventaja de entre 20 y 30 puntos de distancia del segundo lugar, que ahora ocupa la candidata del PRI, PAN y PRD, Xóchitl Gálvez.
Es muy pero muy probable que Claudia Sheinbaum será la próxima presidenta de México. Pero ella no sólo busca ese cargo, sino también consolidar la Cuarta Transformación ganando las Cámaras de Diputados y de Senadores. Por eso la necesidad de organizar desde abajo a todo el movimiento social que ha encabezado durante años López Obrador.
Y en esa labor está recibiendo, de cierta forma, una gran ayuda de su contrincante, la panista Xóchitl Gálvez. Y es que ésta ha hecho tan mal las cosas, que hasta la gente que disiente de AMLO y de la 4T, no simpatiza por la todavía hoy senadora de la República.
Así pues, el proyecto de continuidad de la Cuarta Transformación que hoy encabeza Claudia Sheinbaum va viento en popa. Y eso se nota. Y por eso, el famoso plan C del presidente AMLO (ganar el congreso para reforma al poder judicial) posiblemente se cumpla. El país lo necesita.
