47 lecturas
RICARDO SEVILLA
¿Dónde tienen la cabeza los jueces y magistradas que componen el Poder Judicial? Son unos cínicos y unos sinvergüenzas.
Y ya no podemos andarnos con eufemismos y decir que, simplemente, están en crisis. Lamentablemente, ya es hora de decirlo con todas sus letras: este poder, que se supone debería ser el encargado de impartir justicia en la sociedad mexicana, está completamente podrido.
Y es que el Poder Judicial, no conforme con oponerse recalcitrantemente a las políticas del Gobierno Federal, ahora también intenta acallar a Alejandro Encinas.
Fíjese cómo estarán las cosas de fermentadas que, una hora antes de presentar el Segundo Informe de la Comisión de la Verdad y Justicia por el caso Ayotzinapa, Alejandro Encinas informó que el Juzgado Séptimo de Distrito en materia administrativa a la Ciudad de México le había concedido un amparo a Tomás Zerón.
Encinas, que no se anda por las ramas, reveló que le exigía que no se refiriera al infame Tomás Zerón como “torturador” ni como creador de la “verdad histórica”.
Pero Encinas, que es un tipo frontal y no gusta de andarse con rodeos, estalló: “¡Al presidente de la Comisión de la Verdad se le instruye a no decir la verdad!”
Y es que, para el Gobierno Federal, la tortura física y psicológica de personas, fue una de las múltiples falacias en las que se inspiró la construcción de la llamada “Verdad Histórica” sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Sin embargo, esos argumentos le han importado un comino al Poder Judicial.
Y también parece valerles un pepino que Tomás Zerón, quien hoy está prófugo de la justicia mexicana por los presuntos delitos de tortura y alternación de pruebas en el caso Ayotzinapa, resida en Israel y que las autoridades de ese país no hayan respondido a las peticiones del Gobierno de México de permitir su repatriación.
No cabe duda de que los órganos judiciales, los juzgados y los tribunales deben ser fumigados. Infelizmente, hay muchas lacras vestidas con toga.
Lamentablemente, si una persona busca a un juzgador que goce de imparcialidad y de autonomía, tendrá que buscar en otra parte porque la corrupción en el Poder Judicial parece haberlo infectado todo.