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SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS.
Desde hace al menos 45 años, la conversación y esfuerzos por visibilizar y erradicar la violencia de género se han centrado en las mujeres y pocas veces en el origen del problema: los hombres.
Conocemos el perfil de los agresores, en más del 90% varones y en ese mismo porcentaje con un vínculo sentimental con las víctimas. Los datos del INEGI son contundentes: 7 de cada 10 mujeres en el país ha sufrido violencia.
En ese contexto resulta fundamental atender la responsabilidad de los varones y la deconstrucción del machismo, a partir de la sensibilización y concientización a los generadores de esas violencias.
Bajo la noción de que ellos son parte de la protección a las mujeres, las autoridades de la Cuidad de México —con el impulso del Jefe de Gobierno, Martí Batres; la titular de la Secretaría de Mujeres, Ingrid Gómez, y la Fiscal de Justicia, Ernestina Godoy, así como el Consejo Ciudadano— diseñaron la campaña “¿Qué tipo de hombre soy?”.
Las víctimas han identificado las violencias y canales para la denuncia. En *765 encuentran una herramienta confiable, que desde julio del año pasado ha posibilitado a mil 571 salir del riesgo feminicida.
Ayer, en la presentación de resultados por la Alerta de Género, Godoy enfatizó en cifras reveladoras de los avances desde que Claudia Sheinbaum implementó el mecanismo en CDMX: 37% menos feminicidios entre 2020 y 2023, aumento de 295% en feminicidas vinculados a proceso.
Estrategia reforzada con otras como Senderos Seguros, surgida desde Iztapalapa con Clara Brugada, que para este año sumarán 920 kilómetros en toda la capital nacional.
Profundizar los resultados requiere recordarles a los generadores de violencia que a las niñas y mujeres no se les agrede, se les respeta. Para ello, es necesario, como lo mencionó Batres, educar como hombres y no como machos.
Algo especialmente relevante al existir en lo nacional y local un tiempo de mujeres.
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