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Arreando al Elefante | Entre la vulgaridad y una sarta de mentiras

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ANA MARÍA VÁZQUEZ.

Da pena ver que lo mejor que tengan en la derecha es la señora Gálvez, que poco a poco se ha ido enredando en sus propias mentiras, que por ser tantas no voy a enumerar aquí. La más reciente “gracejada” de la candidata a la presidencia es decir a voz en cuello “yo sí tengo huevos” como una chistosa (así como es ella, chistosita), alusión al valor en una época en que el feminismo está tratando de desterrar la falocracia y conseguir equidad. De algún modo me recordó a Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española, destituido por un beso no consensuado y de paso agarrar su entrepierna en pleno partido, un gesto que fue duramente criticado y no por “buenas conciencias”, sino porque es la expresión del machismo puro, en el caso de la señora Gálvez, no pudo elegir peor comparación, ni más ofensiva, ni más arcaica que esa.

Pudo haberse referido a valentía, temple, honor, arrojo… pero no lo tiene y por tanto, debe recurrir siempre a la expresión soez y vulgar, único referente de la supuesta ingeniera.

Le recordaré solamente a una mujer contemporánea que no solamente tuvo valor, sino que con su actitud humilló a los regímenes que le tocó vivir, llenos de represión, desaparecidos y terror, su nombre fue Rosario Ibarra de Piedra, candidata a la presidencia en 1982, diputada federal y senadora, eterna buscadora de su hijo Jesús, detenido y asesinado en 1974, logró que la frase “víctima de desaparición forzada” fuera un eterno lastre; fundadora del comité Eureka (Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos), sus huelgas de hambre en los 70 lograron que el gobierno de entonces concediera amnistía a presos políticos, y podría extender su biografía.

Es usted cada vez más insultante, primero a los indígenas, a los vendedores ambulantes, a los universitarios que con gran sacrificio e ilusión pretenden titularse, pero sobre todo, señora, a las mujeres a las que con su vulgaridad e ignorancia insulta una y otra vez; no ha creado una imagen de política, sino que ha mostrado toda la corrupción, vulgaridad cinismo del grupo que representa y que la “apoya” y que definitivamente debemos enterrar.

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