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ANA MARÍA VÁZQUEZ.
“Son de los que están esperando a que terminemos” dijo el presidente ayer, hablando de Calica, “creen que cuando termine mi gobierno las cosas van a cambiar”. Hay mucho interés por México, y aesto se suman dos reportajes publicados ayer en El Financiero, el primero firmado por Christopher Calderón, en donde se da cuenta de los proyectos detenidos en el sexenio debido a la Ley Minera y el presupuesto limitado del Servicio Geológico Mexicano, el único que puede realizar exploración. El reportero cita a un ejecutivo de Argonaut Gold México y afirma que México va por el “camino incorrecto” y cómo hemos bajado en el ranking mundial de extractivismo. En el mismo periódico y el mismo día, un colaborador invitado, Jorge Molina, titula su texto “Sentados en una mina de litio-mx”, que habla de 1.7 millones de toneladas en 82 depósitos probables de litio que se cotizaría entre 5 y 8 mil dólares por tonelada.
¡Wooow, cuánto dinero estamos perdiendo!
El terminar este gobierno, se dejarán 4 millones de hectáreas protegidas, aunque los lobistas de las mineras, de los emporios depredadores a los que nunca defenderán colectivos como “Sélvame del tren” y otros, guarden silencio cómplice.
En el último año del sexenio del presidente López Obrador, no solo los emporios mineros, sino muchos otros están en el “arrancadero”, listos para que, en el primer minuto del siguiente sexenio, puedan continuar con la depredación, la privatización y revertir cada uno de los logros que ha iniciado la 4T desde 2018.
Todo es cuestión de cabilderos, de chapulineos, de rupturas desde el interior aunque no haya fugas porque “es tiempo de candidaturas y necesito que el partido me apoye aunque yo no lo apoye a él” y por supuesto de miedo y la prensa magnificará los actos de violencia para manipular a la opinión pública. En los próximos meses veremos de todo y las mentiras pagadas seguirán corriendo con más fuerza; lo más delicado es que en este momento se está decidiendo quienes serán los nuevos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral. Un árbitro inapelable elegido por la Corte, el bastión último, pero el más fuerte de la oposición. ¿Respetarán el voto ciudadano?
