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El güero Velasco se vio envuelto en una cosa curiosa, por decir lo menos, cuando en 2018 saltó de gobernador a senador sin dejar el cargo
CIUDAD DE MÉXICO. – Así pasaron los seis años de su administración en los que se registraron actos de gobierno e incidentes notables, como su poca atención a los problemas sociales de Chiapas; el manejo que dio a la deuda pública que le heredó su antecesor; el escandaloso gasto publicitario en su imagen personal en diversos medios a nivel nacional, con motivo de su Primer Informe de Gobierno que, según el PAN, superó los 110 millones de pesos.
O cuando abofeteó a su joven ayudante Luis Humberto, en el evento en el cual presentó su Segundo Informe de Gobierno, en Huixtla el 4 de diciembre de 2014. Impulso mal encauzado del que, posteriormente –luego de ser duramente criticado en las redes sociales–, se disculpó, tras de calificarlo como un “lamentable incidente accidental”.
La edificación de un lienzo charro “transitorio” al que, en 2016, destinó alrededor de 250 millones de pesos para el auditorio que alojó un congreso charro, sin contar los millones destinados a gastos de operación para el evento, fue otro de sus actos de gobierno que no olvidan sus paisanos; menos quitan de su mente, que dejó al estado una deuda de miles de millones de pesos con proveedores y contratistas, muy parecida a la que le heredó Sabines Guerrero, su antecesor, del que su abuelo materno tanto le insistió que no siguiera sus mismos pasos.
Aunque en definitiva no se puede considerar como “acto de gobierno”, el nieto del empresario amigo cercano del presidente López Obrador, don Fernando Coello Pedrero (fallecería el 16 de diciembre de 2020) y del exgobernador Manuel Velasco Suárez (fallecería el 2 de diciembre de 2001), finalmente cumplió uno de sus sueños más románticos: el 25 de abril de 2015, contrajo matrimonio con la bella Anahí en el “pueblo mágico” San Cristóbal de las Casas.
Unión de la que el 17 de enero de 2017 nació su primogénito, Manuel, y tres años después, el 2 de febrero de 2020, Emiliano, su segundo hijo.
Tampoco se olvida que poco antes de dejar la gubernatura, El güero Velasco se vio envuelto en una cosa curiosa, por decir lo menos, cuando en 2018 saltó de gobernador a senador sin dejar el cargo y realizando una maniobra que le permitió solicitar licencia para poder concluir su mandato como mandatario sustituto de Chiapas. ¿Cómo se dio este merequetengue legaloide, tan criticado por legisladores y organizaciones de la sociedad civil, ya que implicó que el Congreso local aprobara una reforma a la Constitución chiapaneca cuya legalidad fue puesta en duda? Trataremos de explicarlo en lo posible.
Durante las elecciones federales de 2018, el PVEM modificó su lista de candidatos plurinominales al Senado de la República para incluirlo en la segunda posición de su lista, a pesar de que la Carta Magna prohíbe a los gobernadores postularse a ese cargo durante su mandato.
El 30 de junio el INE validó su postulación, al considerar que la restricción aplicaba solo en primera y segunda fórmula, pero no en las listas plurinominales.
El 24 de agosto el Congreso local modificó la Constitución estatal para permitirle que tomara licencia, autorizando que dejara sus funciones como gobernador el 28 de agosto, para asumir como senador el 1 de septiembre.
El 4 de septiembre pidió licencia como senador, para poder volver a ser gobernador. Después de que el Senado la aprobó, ese mismo día el Congreso local lo nombró gobernador sustituto de él mismo.
Candidato del PVEM a la justa de 2024
–Vamos a apoyar al senador Manuel Velasco Coello –dijo sin más rodeos Karen Castrejón, presidenta del PVEM, durante la Convención Nacional Repensando el Futuro en Verde que ese partido realizó el 17 de marzo de 2023.
Debemos sentirnos orgullosos de nuestras culturas originarias como la milenaria civilización maya de Palenque y dar a conocer su gran legado al mundo para que sigan maravillando y atrayendo más visitantes a nuestro país. pic.twitter.com/oBD8fwq6Ju
— Manuel Velasco (@VelascoM_) August 24, 2023
Minutos antes, el chiapaneco había enmudecido, cuando Arturo Escobar y Vega, coordinador de dicha convención y “líder moral” del Partido Verde le pidió que aceptará ser el candidato de ese instituto político. Aunque El güero Velasco no negaba que lo deseaba, no había pasado por su imaginación que el partido lo lanzara como su precandidato a la Presidencia de la República en 2024.
–Tendremos al senador Ricardo Monreal, al canciller Marcelo Ebrard, a la doctora Claudia Sheinbaum, al secretario de Gobernación, Adán Augusto López y cerraremos está convención con quién yo quiero que sea el futuro presidente de México, el senador Manuel Velasco –había dicho Escobar y Vega.
–¡Vamos! ¿No dice nada señor senador? –continuó Arturo Escobar con la mayor naturalidad–. ¿Qué le asombra a usted? Yo someto su currículum, y sus resultados, ante cualquier político de este país; yo someto los resultados en construcción de acuerdos frente a cualquier político de este país, actual, pasado y futuro.
Después de comprobar que no veía visiones y que, en efecto, el PVEM había puesto sus ojos sobre él, con el pecho henchido hasta su límite, ocultando la satisfacción personal que en esos momentos le embargaba, matizó:
–Vamos a esperar los tiempos del partido y lo daremos a conocer en su momento; el Verde tiene con qué ganar para el 24.
Cerca de tres meses después estaba establecida la gran alianza. A principios de junio Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, reconoció como “chorcolata” al exgobernador de Chiapas.
–Entiendo que su aspiración presidencial la quiere canalizar vía nuestro movimiento en la alianza que tenemos con el Partido Verde, por lo tanto, se convierte en corcholata, en participante de la encuesta de Morena. Si esa es su decisión, desde ahora le digo que es más que bienvenido a participar en la encuesta de Morena –dijo. Y así quedó registrado.
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