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Infante de 1 año siete meses se quemó con la sopa hirviendo; médico del plantel no hizo nada para atenderlo
DEYANIRA CARMONA
grupo cantón
CIUDAD DE MÉXICO. – “Mi niño aún no puede abrir en su totalidad su manita, el médico dijo que las quemaduras que sufrió fueron de segundo grado. Las cosas no se pueden quedar así, los padres de familia deben de estar enterados de lo que pasó para que eso no vuelva a ocurrir”, dijo Fernanda Luna madre del pequeño A. H.
Hace unos días, la madre de familia asistió muy alarmada al IPM Montessori, ubicado en las calles Bosques de Alisos 5, en Bosques de Las Lomas, alcaldía Cuajimalpa, después de recibir una llamada que la paralizó por completo.
“El 21 de julio, el último día de su primera semana de clases, Ximena Salinas, la coordinadora pedagógica me llamó por teléfono, me dijo que uno de mis dos gemelos había sufrido un accidente. Rápidamente me trasladé a la escuela, llegué en 15 minutos y cuando ingresé me atendieron las autoridades escolares”, explicó Fernanda.
Minutos antes de que la madre arribará al plantel, los niños habían sido llevados al salón en donde las nanas auxiliares les darían de comer.
“En los videos que nos proporcionó el colegio se observa como le dan la sopa a mi niño, se descuidan y mete su manita, comienza a llorar. En seguida la auxiliar Viridiana se da cuenta, retira el plato de sopa y lleva al bebe al baño para ponerle agua en la herida, pero minimiza las cosas, pues luego regresa y lo deja solo, de hecho, se observa a mi hijo llorar y frotar su manita en la bata. Como no paraba de gritar llamaron a Ana Karen Picazo, médico de la escuela, quien llegó al lugar del accidente muy tranquila y sin botiquín, ¡sin nada!, y les dice a las auxiliares que no lo pueden atender hasta que deje de llorar”, señaló Fernanda.
Minutos después, la doctora le pide a Viridiana, la auxiliar que, por favor, saque al pequeño de 1 año siete meses a dar un paseo en el jardín para ver si se tranquilizaba.
“Una vez abajo mi niño se tranquilizó un poco, sin embargo, la auxiliar le revisa la manita y se asusta al ver que los dedos de mi niño ya tenían ámpulas y la piel viva, por lo que comienza a gritar y a llamar a la doctora”, comentó la madre de familia muy triste.
LO LLEVÓ AL HOSPITAL
“Cuando llegué me explicaron todo, pero yo no les puse atención; solo quería tomar a mi hijo y llevarlo al hospital, así que rápido lo trasladé con los especialistas del Grupo Médico Pediátrico, quienes luego de revisarlo me dijeron que las quemaduras fueron de segundo grado y que debíamos de tratárselas de inmediato para que no se infectaran”, comentó Luna.
El accidente que sufrió el pequeño A. H. fue muy doloroso, ya que las heridas tocaron varios de sus nervios. Afortunadamente no requerirá cirugía, sin embargo, si fue necesario ponerle parches de plata para regenerar rápido la piel.
El especialista expuso que A. H. debe de continuar en terapias:
“Ahorita estamos muy preocupados porque mi hijo no puede abrir su manita en su totalidad, como padres estamos emocionalmente mal, porque puede perder la movilidad de la última falange”, comentó la mamá con tristeza.
SILENCIO
Días después, Fernanda en compañía de su esposo asistieron a la institución, cuyos directivos les ofrecieron tres meses de colegiatura gratis para que no existiera un proceso penal en contra de ellos, pero Luna se negó.
“Nos atendió la jefa de operaciones y dijo que la institución desconocía los protocolos porque nunca les había pasado algo así, ¡esa respuesta es terrible porque la escuela está brindado servicio sin seguridad!, también hay una mal praxis del médico, pues no le brindó los primeros auxilios. Lamentablemente el caso de mi hijo encendió varias alertas”, comentó Fernanda.
Ante los hechos, los padres de familia ya presentaron la denuncia correspondiente ante el Ministerio Publico, perteneciente a la Fiscalía de Investigación de Delitos Cometidos en Agravio de Niñas, Niños y Adolescentes.
“La historia de mi hijo tiene que ser contada para que esto no vuelva a suceder y para que los padres de familia se fijen bien en dónde dejan a sus hijos. Es importante que las inspecciones escolares se hagan recurrentemente y que no haya alteración porque son vidas lo que hay de por medio. Ahora a mi esposo y a mí nos está costando confiar a nuestros gemelos, más porque son muy pequeños y no puede expresar lo que sienten”, comentó Fernanda indignada.
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