Visitas
El colombiano tuvo gran presentación con las águilas, pese a sufrir un gol anulado, mientras Kevin Álvarez también se estrenó como goleador
CARLOS HORTA MARTÍNEZ
GRUPO CANTÓN
CIUDAD DE MÉXICO. – El América ganó, goleó y gustó. El Estadio Azteca vivió una fiesta con el debut oficial de Julián Quiñones, quien se estrenó con gol y una asistencia en el triunfo 3-0 frente al Puebla, para la primera victoria bajo las órdenes de André Jardine.
Las Águilas reafirmaron su paternidad de más de once años sobre la oncena poblana en donde en 14 juegos disputados en el estadio Azteca, los locales suman ocho victorias por seis empates desde la última victoria de los visitantes en este escenario en la fecha 16 del Apertura 2011.
“Insistir, persistir, y no desistir. Muy feliz por mi primer gol con América. Muy feliz, es un equipo muy grande, nadie se lo alcanza a imaginar, los que no están de acuerdo con eso, los que viven en una burbuja, creo que sienten que no es así. Hay que seguir trabajando, mejorar dos cosas y feliz con el triunfo” finalizó Quiñones.
Fue hasta la recta final del primer tiempo que llegó la buena asistencia de Quiñones para la llegada de Kevin Álvarez, el otro gran refuerzo azulcrema, quien sacó un balazo de pierna derecha para romper el marco visitante y poner el 1-0 en el marcador.
Ya sobre el tiempo de compensación, Diego Valdés puso una espectacular asistencia dentro del área para la llegada de Leo Suárez, quien definió de primera intención y de volea para sellar el 2-
Cuando parecía que Julián se iría sin anotar desde el costado izquierdo Brian Rodríguez realizó un pase filtrado preciso para que reventara la red y con ello lograr el tercer tanto de la noche y poner la cereza al pastel. Una fiesta total en el Coloso de Santa Úrsula con una afición que puede ilusionarse.
DOMINIO
América reafirmó su paternidad de más de once años sobre el Puebla; en 14 juegos disputados en el estadio Azteca, los locales suman ocho victorias por seis empates.
TE RECOMENDAMOS: Los Rojos y Bobby Pulido unen su talento en Nada de nada