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Sebastián Ramírez Mendoza
Hace unos días la oposición dio a conocer que, para su proceso interno para elegir a su candidata o candidato, se conformaría un consejo ciudadano para vigilar y organizar las etapas de este. Varios nombres de representantes de la llamada sociedad civil se hicieron presentes, entre otros de exconsejeros del IFE, sí, el mismo que en el pasado avaló fraudes electorales. A los pocos días el llamado Frente Cívico Nacional, informó que como las condiciones y su margen de maniobra habían cambiado, decidieron no participar más. El comunicado lo firmaron, entre otros, Leonardo Valdés, el último consejero presidente del IFE, y María Elena Morera, cercana y férrea defensora de Genaro García Luna.
Desde que los partidos de la derecha decidieron aliarse electoralmente, otros grupos de interés se han ido sumando ante la pérdida de privilegios que les significó la llegada de la 4T: los principales representantes del poder económico, del poder mediático, y de la “sociedad civil”. Vale la pena profundizar en este último, toda vez que la oposición ha querido disfrazar su proceso de cara al 2024 como ciudadano, pero ¿esto qué significa? ¿Acaso que sus partidos se someterán a la voluntad del Pueblo? Nada más alejado de la realidad.
Sin mencionar la estrecha relación de varios de sus perfiles “ciudadanos” con los poderes ya mencionados, el método de la oposición, de origen, excluye a buena parte de la ciudadanía. Aún sin explicar a detalle criterios técnicos o metodológicos, la oposición asegura que se garantiza la participación a través de una plataforma digital, aunque olvidan que casi 20 millones de mexicanos aún no tienen acceso a internet. A pesar de que su proceso pareciera una mala copia del de Morena, el contraste en la forma de participar es evidente, toda vez que para elegir a quien coordinará la defensa de la 4T, se realizarán encuestas de vivienda a través de una muestra representativa de todo el país.
En suma, al final serán los mismos de siempre, las cúpulas partidistas y sus patrocinadores, tomando decisiones bajo una falsa bandera de apertura a la ciudadanía.