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Además de tener equipo obsoleto, la compra de plazas pone en peligro la navegación aérea; puestos importantes en manos de personas inexpertas y no calificadas ni certificadas.
OMAR MONTALVO
grupo cantón
CIUDAD DE MÉXICO.-Igual a cómo ocurría en la época priísta, la institución Servicios a la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) ha permitido la compra de plazas exclusivas, las cuales corresponden a controladores de tránsito aéreo, lo que suma al riesgo de navegación por la pérdida del sistema de navegación en México, confirmado por la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA).
El Órgano Interno de Control (OIC) del SENEAM declaró en la investigación “se conoció que existen Servidoras(es) Públicas(os), que ocupan las plazas destinadas para los Controladores de Tránsito Aéreo y no cuentan con la formación de Controlador de Tránsito Aéreo para ocupar dichas plazas”.
Cómo lo señala el OIC, se trata de perfil específico el que ocuparon los funcionarios públicos, quiénes ocuparon doce de las dieciocho plazas como controladores de tránsito. En la misma auditoría con número 01/2023 se revela que el puesto lo ocuparon personas con formación en las carreras de contabilidad, informática administrativa, así como de ingeniería industrial en electrónica, en computaciones, electromecánico y en comunicaciones.
La seguridad en el tránsito aéreo es un tema de constante crítica debido a aterrizajes forzosos y maniobras que se han tenido que hacer en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Desde hace un año la IFALPA emitió una alerta sobre los riesgos que implica que el puerto aéreo pierda la señal del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), lo cual se debe a la antigüedad de los equipos.
Por otra parte, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en otra investigación encontró que SENEAM opera con tecnología desactualizada ya que hay casos en que el personal usa equipo cuya vida útil ocurrió hace 13 años. El trabajo con tecnología obsoleta pone en riesgo el espacio aéreo, principalmente frente a hackeos.
El daño con las aerolíneas se traduce en el complejo trazo de rutas aéreas, pudiendo significar trayectos más largos, así como un mayor costo por el uso de combustible, además de las molestias hacia los pasajeros.
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