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Antonio Attolini Murra
En el marco de la repartición de las posiciones de diputados por la vía de representación plurinominal, el IEC (Instituto Electoral de Coahuila) se sacó de la manga un criterio rarísimo e inconstitucional en donde asigna el género a las posiciones a ocupar en el Congreso por parte de Morena distinto al de la prelación de la lista original. O sea, le asigna a Morena cuatro posiciones —eso a partir de los votos obtenidos y como resultado de las reglas de asignación y el principio de sub y sobrerrepresentación— pero reconoce a 1 hombre y a 3 mujeres, solo porque sí. Eso hace que —hoy por hoy— yo no sea parte de los diputados que habrán de ingresar al Congreso de Coahuila el 1 de enero de 2023.
¿Por qué impugnar? Primero, porque es una posición que me corresponde y que deriva del voto del Pueblo de Coahuila. No es ninguna graciosa concesión. Pero segundo y más importante, porque no debemos desaprovechar cualquier oportunidad para luchar y ganar espacios en nombre de un proyecto de país. No es mi diputación plurinominal la que está en juego, sino la posibilidad de defender un proyecto alternativo de Coahuila frente a los demás partidos y al Ejecutivo Estatal. Ahora bien, ¿es necesario tener un cargo para cumplir una misión política? No, claro que no. Por eso es más importante el encargo, siempre, el cual en mi caso es reorganizar al movimiento, construir un proyecto, asentar un programa y tener la disciplina necesaria para respetarlo y defenderlo. Esa es la política que hacemos los obradoristas y es la forma en la que aprendimos a resolver nuestros problemas de forma democrática y constructiva. Confío que al final del largo proceso que se avecina, Coahuila pueda tener una bancada de diputados y diputadas que represente el ánimo de cambio verdadero que se vive en el estado, y que hoy Morena representa y debe defender.
A la luz de lo que se vive a nivel nacional con la campaña interna para ganar la Coordinación de los Comités en Defensa de la 4T, encuentro en mi pequeña y coyuntural experiencia la esencia y alma de lo que significa militar en el obradorismo. No me voy a quedar de brazos cruzados esperando a que me resuelvan; tampoco voy a extender la mano para solo pedir y no hacer nada a cambio; como tampoco romperé con nada ni con nadie si no se cumple el designio de la ley como yo quiero o espero que suceda. Impugné la elección en Coahuila porque no vamos a decir adiós a la esperanza y seguiremos luchando hasta donde tope para que en el estado todos podamos ser igualmente libres.
Eso es lo que le aprendí al presidente López Obrador.
