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Ana María Vázquez
En un discurso de hace años, el presidente López Obrador, entonces candidato, mencionaba seis puntos en el actuar de la oposición: “1º Van a buscar legitimarse en el extranjero; 2º La cargada, (…) las corporaciones empresariales van a manifestar su apoyo a lo que popularmente se le conoce como el besamanos; 3º La subordinación de los medios de comunicación para quemarle incienso al candidato de la derecha; 4º Golpes espectaculares, confunden a la gente, engañan a la gente de nuevo, para decir que ellos van a ser distintos y que las cosas, ahora
sí van a cambiar; 5º van a empezar a repartir migajas para tratar de ganarse a la gente humilde y el 6º La negociación, van a buscar por todos los medios que haya lo que ellos llaman diálogo y negociación”.
Este, como todos sus discursos no tiene desperdicio, muestra a una oposición sin cambios ni metas, aferrada a viejos esquemas que hace mucho dejaron de funcionar. Hemos visto cada uno de estos puntos tanto en los ataques a la presidencia como en las actuales campañas y seguramente perderán este 2023.
No hay una oposición formal, el sexenio se les ha ido en golpeteos y bombas de humo sin el menor tino siquiera para manchar el proyecto que desarrolla el presidente contra viento y marea. Hemos visto como lo han acusado en el extranjero, en la ONU y en España; las corporaciones se han unido teniendo como cabeza a Claudio X. ; los medios corporativos no han cesado de atacarlo y hasta algún malintencionado ha declarado “de fuentes cercanas” que había muerto y no ha faltado la mañanera en la que uno que hace poco quiso ser candidato presidencial, le propusiera negociar en lugar de “atacar”, cuando negociar para ellos era la restitución de sus privilegios.
Es importante señalar esto ya que es lo que hemos visto en las dos campañas vigentes: golpeteo, compra de votos, mentiras, medios corporativos apoyando y más, más de lo mismo. La oposición ha perdido años y dinero a carretadas siguiendo las mismas tácticas del viejo PRI, locos porque no les sale la jugada. “locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener
resultados diferentes” (frase atribuida a Twain, Franklin y a Einstein).
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