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mayo 07, 2024

CDMX

Bandera de las mujeres, botín político de campañas

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En tiempos de elecciones, las cifras y las causas de los feminicidios se vuelven botín político para las y los candidatos

Redacción Grupo Cantón 

Las mujeres en México viven condiciones de riesgo peores que en un país en guerra, la muerte de mujeres por feminicidio rebasa a mujeres asesinadas en países en guerra. Así que tenemos un país en guerra contra sus mujeres.

En tiempos de elecciones estás cifras y las causas de los feminicidios se vuelven botín político para las y los candidatos. Es en tiempos de promesas cuando juran bajar las cifras de feminicidios en el país o en los estados; en la capital, no solo no bajaron, han subido un 3%.

Para las feministas ya nos es muy difícil creer que podrán cumplir con promesas de acceso a la justicia en feminicidios y en denuncias de violencia doméstica que es uno de los primeros momentos antes de que escale a feminicidio. Por el contrario hemos visto vulneradas las condiciones que permitan a las mujeres salir de la precariedad y de seguridad mínima para tener herramientas para salir de círculos de violencia de los que solo se logra con autonomía, empoderamiento y seguridad.

Cualquier persona que cuente con una mirada con perspectiva de género feminista podrá ver que no se cumplen con las mínimas acciones en términos de la prevención de la violencia extrema contra las mujeres y lo preocupante que son las violencias de los hombres desde la juventud hasta la mayoría de edad.

No hemos visto, escuchado, leído campañas sociales para la prevención de la violencia de género. Por el contrario sí hemos visto el cierre de refugios para mujeres y sus hijos en riesgo de violencia feminicida y de guarderías.

Esos “ahorros” malentendidos representan gasto público en la atención a la búsqueda de mujeres desaparecidas como antesala de feminicidios se reflejarán en un alto costo sobre todo social y además económico ya que buscar mujeres desaparecidas, hacer investigaciones forenses, justicia tiene un costo que representa una alta cifra en el presupuesto público y en contra sentido es mínimo o nulo lo invertido en la prevención. Esta fórmula sabemos que es perdedora, no ha logrado bajar los feminicidios en términos de estrategias económicas para atender este fenómeno de orden estructural.

Lo peor que está sucediendo en estos tiempos es el ataque frontal contra mujeres defensoras de derechos humanos y el escaso diálogo con las autoridades de diversos órdenes de gobierno.


Es un reto que se comprenda que la violencia simbólica es muy poderosa, entonces ver a gobernantes, autoridades públicas, figuras públicas violentando a las mujeres desde sus espacios de poder, mujeres públicas, como el caso de la presidenta ministra Norma Piña, ya que ese es un mensaje poderoso como si fuera una orden o un modelo de cómo se puede o debe tratar a las mujeres. Celebro que haya avanzado la 3 de 3 contra violencia de género contra las mujeres que busca que no tenga acceso a espacios de poder en el servicio público si son deudores alimentarios, agresores en razón de género o tener denuncias. Aunque estamos felices con ese avance aún falta la implementación y el proceso de apropiación de un instrumento más para prevenir la violencia.

Lo más retador para las feminista es que las mujeres conozcan sus derechos humanos, las leyes que las respaldan y sean eficientes demandantes de lo que por ley les corresponde. En este régimen se quitaron recursos a las organizaciones de la sociedad civil y por lo tanto acciones afirmativas de la promoción de derechos humanos y acompañamiento a las mujeres víctimas de violencia. Sentimos que estamos en un gran retroceso y una lucha contra un gigante que nos ataca.

Estamos preparando agendas feministas que atiendan eficientemente las causas de las mujeres diversas colectivas y mujeres feministas de izquierda para hacer acuerdos de atención a las mismas con las candidatas y candidatos a los diversos cargos en concursos en las elecciones de este 2023 y con más interés en el 2024. No estamos dispuestas a más simulación o manipulación del movimiento feministas como botín político. Nuestras agendas son muy claras estamos en donde se impulse el avance de los derechos humanos de las mujeres y la niñez, en donde se promuevan cada uno de los derechos humanos de manera digna, ya estamos cansadas de ser tratadas como ciudadanas de segunda, débiles como grupo vulnerable, no somos ninguna minoría, somos más de la mitad de la ciudadanía y tenemos los mismo derechos.

Por eso y por último cierro con lo valioso que es la paridad en todo, que haya mujeres en espacios de decisión pero con visión feminista para que representen de manera eficiente a las mujeres y sus causas. También nos preparamos para que haya más mujeres para cargos de elección o asignación con liderazgos fuertes que le pongan cara a las prácticas patriarcales que enfrentamos desde las estructuras institucionales. Y el valor del voto para que las mujeres reconozcan la fuerza que tenemos para definir elecciones y por lo tanto fuerza para exigir que se cumplan las agendas que entienden la prevención de la violencia y el pleno desarrollo de las mujeres y la niñez.

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