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Salvador Guerrero Chiprés
El camino más seguro a la escuela atraviesa por la reducción de las vulnerabilidades que afectan a niñas, niños y adolescentes, una ruta que requiere compromiso de responsables de la crianza y de las instituciones.
De acuerdo con el INEGI hay 38.5 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 0 y 17 años. El 74 por ciento está en edad de acudir a la primaria, secundaria o bachillerato. Un reto inmenso a tres años del Covid, con la ciberemboscada permanente contra la atención de las y los menores dentro y fuera de las escuelas.
La niñez es el presente. Sus necesidades son centro de nuestra atención, con una visión ajena al adultocentrismo, pero sabedora de la responsabilidad de los mayores. La pandemia visibilizó la importancia de la salud emocional y la colocó al mismo nivel que el bienestar físico. Este año, en la Línea de Seguridad y Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México hemos apoyado a más de 2 mil 300 niñas y niños con problemas psicoemocionales.
La posibilidad de contribuir a la construcción de relaciones sanas libres de violencia transita no sólo por la supervisión de los espacios virtual y material. Son útiles también las herramientas para la gestión de las emociones e identificación de los riesgos y acechanzas en internet.
Las condiciones para garantizar educación a 1.2 millones de estudiantes se fortalecen con reformas —como las impulsadas por la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum— a la Constitución de la capital nacional para incluir como derecho los programas sociales Mi beca para Empezar y La Escuela es Nuestra y el impulso de la igualdad sustantiva de género que posibilita el uso de pantalones para quien lo desee. La cultura de paz es nuestra plataforma indispensable. Así abrimos un caminito seguro a la escuela. Una ruta del presente.
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