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Ricardo Sevilla
Seamos claros y tajantes: Guillermo Sheridan no quiere golpear a la ministra Yasmín Esquivel. El profesor (que no da clases en la UNAM, pero cobra ahí), en realidad, ha querido golpear al presidente López Obrador.
Sheridan, que le hace los mandados a Enrique Krauze (no es metáfora: escribe lo que el dueño de Letras Libres le ordena y denuesta a quien su jefe le prescribe), tiene un odio implacable contra el presidente.
Primero que nada, tenemos que decir lo obvio: Sheridan, que como escritor es un eunuco intelectual, no es un autor sobresaliente, sino un mandadero hacendoso y eficiente.
Pero si Sheridan (que no sesiona ni participa en la Academia Mexicana de la Lengua, pero también cobra ahí) es un autor mediocre, lo cierto es que también es mordaz, sarcástico, burlón y resentido.
Y Enrique Krauze ha sabido sacar provecho a esos “atributos”.
De modo que si Krauze quiere que el cancerbero ataque, digamos, a Sealtiel Alatriste, a Fabrizio Mejía Madrid, a Jesús Ramírez Cuevas o a Yasmín Esquivel Mossa, solo basta un chasquido de dedos para que Sheridan salga a tirar dentelladas.
Y si ha mordido a Fabrizio, a Ramírez Cuevas y a Yasmín Esquivel, lo cierto es que el mordisco, en realidad, no iba dirigido a ellos, sino al presidente.
Y es que Sheridan (que es un adulador de tiempo completo de Octavio Paz, y también cobra dinero de eso) ha llamado a López Obrador: “pejerarca”, “el Supremo presidente y otras gracejadas, muy
en su estilo bufonesco.Pero Sheridan, el guasón, el incisivo, el satírico, no solo se ha mofado del presidente, sino, ya con el juicio perdido, se ha burlado de la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente (que ya es suficiente para que el lacayo de Krauze la ataque).
Y si así de insolente es con el primer mandatario y Gutiérrez Müller, ¿cree que se detendrá ante la ministra Esquivel? No importa que el equipo legal que representa a
la magistrada presente pruebas que invalidan el supuesto plagio que acusa Sheridan.
Al fámulo de Krauze solo le interesa morder a los enemigos de su jefe. Y su patrón le ha ordenado atacar a AMLO y a quien él, enceguecido por la rabia, supone sus aliados.
