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Ana María Vázquez
Me quedé en la última propuesta de la oposición en la que impulsaban a los dos norteños, uno gobernador y otro presidente municipal actualmente y ayer me sorprendió la nueva “propuesta”: “Meixcolectivo” y molestan muchas cosas, la primera es que sea justamente varios de los que traicionaron al país, sean justamente los que la encabezan, con la consigna de ser “algo nuevo y diferente, un espacio y un tiempo ciudadanos con una visión de futuro arrojada y generosa” (¿es en serio?); la segunda es que de lo nuevo y diferente no hay nada, ya ve lo encabeza, entre otros, ni más ni menos que Francisco Labastida, ex secretario de Gobernación del gobierno de Zedillo, ex candidato del PRI quien por lo visto quiere volver por sus fueros para recetarnos “más de lo mismo” y por último, el doctor José Narro Robles, ex rector de la UNAM y ex secretario de Salud del sexenio de Peña Nieto y quien está bajo investigación por la
Unidad de Inteligencia Financiera por presuntos actos de corrupción; Narro era el responsable de los contratos a farmacéuticas o como mencionó Hugo
López-Gatell, el huachicoleo de medicamentos, sí, medicamentos contra el cáncer infantil, entre otros, y que aún sigue siendo usado como argumento de los
pocos informados como ataque contra el gobierno del actual presidente Andrés Manuel López Obrador.
La historia que podrían contar estos tres bastiones de la arcaica historia de corrupción mexicana sería interesante si hablaran por una vez en su vida con la verdad y mostraran la realidad del México que les tocó vivir y protagonizar (para mal), pero es algo que definitivamente no harán, ya que nadie usará su propia lengua para colgarse, viven en simulaciones y así seguirán. Lamentable.
LA DEMOCRACIA Y EL PLAN B.- Ahora piden en un libro que no les quiten privilegios y para ello usan a Aristegui como “moderadora”.
Como si fuera la creación de un nuevo partido político, lo cual no me extrañaría, espero que al escritor fantasma de Murayama le hayan pagado bien para justificar el probable daño psicológico de escribir un largo panfleto…uno más; ya existe el de Elena Chávez y que nadie quiere, un “libro de divulgación”, libelo diría yo, simulando ser “popular”, presentado en el World Trade Center, un espacio que de entrada no es popular ni barato, pero bueno, lo pagaron TAMBIÉN
nuestros impuestos.
