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Sebastián Ramírez Mendoza
Este mes la Agencia Digital de Innovación Pública, la ADIP, cumplió 4 años desde su creación. A pesar de ser una dependencia joven y que al inicio parecía un gran reto, se ha vuelto indispensable para el Gobierno de la Ciudad de México. Desde que planteó su proyecto de Ciudad, la Jefa de Gobierno ha hablado sobre la importancia de echar mano de la innovación y la tecnología para administrar de la forma más eficiente una ciudad de 9.2 millones de personas, pero también de abrir paso a más derechos a través de ellas.
En este sentido nacieron varios proyectos muy interesantes: en lugar de contratar licencias de software a empresas particulares, la ADIP desarrolló los propios; se creó la App CDMX a través de la cual se puede, por ejemplo, tramitar la licencia de conducir en menos de diez minutos; varios trámites que
antes requerían formarse por horas en una ventanilla, ahora pueden hacerse en minutos de forma digital; y el más ambicioso de todos, el internet gratuito en espacios públicos, unidades habitacionales y escuelas.
Cabe recordar que hace poco la Ciudad de México recibió el Récord Guinness por ser la ciudad con más puntos de wifi gratuito en el mundo; pero lejos de los premios, es importante no perder de vista lo transformador que puede ser garantizar el acceso a internet, este a su vez abre la puerta a otros derechos como la información o la educación, y es también un canal para ejercer otros como la libre expresión de las ideas.
