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mayo 02, 2024

Seguridad

A grupo armado se le volteó “el chirrión” por el palito

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En el enfrentamiento cayeron abatidos 3 delincuentes y otros tres fueron capturados, entre ellos un menor.

Redacción Grupo Cantón.

Eran alrededor de las 4 de la mañana, cuando un convoy del Ejército y la Guardia Nacional patrullaba los peligrosos caminos y veredas del municipio de Zacualpan, al sur del Estado de México, donde células de grupos criminales han sembrado el terror entre los habitantes de la zona.

Los soldados y guardias nacionales no se imaginaban que un grupo de sicarios al servicio de Alberto “N”, La Macrina, jefe de plaza de La Familia Michoacana (FM) en esa zona, les tenían tendida una trampa. Fue precisamente al llegar al kilómetro 7 de la carretera Texcaltitlán-Zacualpan, a la altura del puente de Los Sabinos y la plaza de toros, cuando los delincuentes comenzaron a desplegarse en la zona para utilizar el factor sorpresa y atacar a los militares. “Ora sí pinches wachos se los va a cargar la chingada”, dijo entre dientes Ignacio (nombre ficticio para proteger la integridad del menor), un jovencito de tan solo 15 años, de los muchos que recluta esa organización criminal, seguro de que esa sería una gran oportunidad para estrenar su fusil AK-47, de los llamados Cuernos de Chivo, y ganarse la confianza del patrón, como le llamaba a La Macrina.

Sigilosamente y protegidos por la oscuridad de la noche, los criminales atravesaron una camioneta Pick Up en un estrecho camino por donde sabían que pasaría el convoy militar, lo que los obligaría a detenerse y ahí los “cazarían” como conejos.

ENTRENAMIENTO

Lo que no sabían los delincuentes es la enorme preparación y entrenamiento a la que son sometidos los miembros de las Fuerzas Armadas, quienes muy alertas, a bordo de sus camiones y tanquetas detectaron entre la oscuridad movimiento inusuales. “¡Cuidado, cuidado!”, grito uno de los oficiales que a través de los binoculares nocturnos infrarrojos detectó la camioneta de los malhechores. “¡Alto, alto… es una emboscada; protéjanse!, lo que motivÓ que de un salto y con movimiento felinos los militares se pusieran en posición de defensa y ataque.

Al verse descubiertos, los miembros de La FM accionaron sus potentes armas contra los soldados, quienes para ese instante ya se habían replegado y se protegían en las carrocerías de sus vehículos.

ADRENALINA

El estruendo de la metralla hizo que Ignacio, el menor jugando al sicario, se dejara atrapar por la adrenalina del momento y una y otra vez jalaba el gatillo de su potente Cuerno de Chivo. “Vengan por nosotros cabrones a ver si muy chingones”, gritaba envalentonado, pero poco a poco su “valentía” fue desapareciendo, al ver caer si vida a tres de sus compañeros y lesionados a unos cuantos más, entre ellos a su jefe, quien herido daba instrucciones a sus lugartenientes para que lo sacaran de la zona de fuego y lo pusieran a salvo.

El jefe del grupo criminal, aún herido, logró escapar junto a algunos de sus lugartenientes, dejando a Nacho a la deriva y abandonado a su suerte. Una bala alcanzó la humanidad del menor, quien aterrado gritaba “¡Ya no disparen, ya no disparen, me rindo!, con la esperanza de salvar la vida.

Ahora, postrado en la cama de un hospital y con un pie en la cárcel, Nacho se dio cuenta que fue engañado y que ese uniforme militar apócrifo que portaba con los mañosos, lo pudo haber portado orgullosamente en el bando de los buenos.

VAN POR EL JEFE

Como decimos vulgarmente: “A los delincuentes se le volteó el chirrión por el palito” y ahora se ha intensificado la cacería de La Macrina en la zona, además de que se ofrece una recompensa por su cabeza, ya que está acusado de esta fallida emboscada y del sangriento ataque ocurrido hace unos meses en Coatepec de Harinas, donde murieron 13 policías.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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