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Abraham Mendieta
Un espíritu tomó el control de la cuenta de Twitter de Felipe Calderón: “Come-eses” (lit), “mentiroso”, “extranjero indeseable”, “fuera de mi país”, vociferaba contra mí la cuenta verificada de un señor que hace apenas una década, gobernaba este país.
Tras comprobar que esto estaba ocurriendo, no tuve alternativa y llegué a una drástica conclusión: el espíritu de Vicente Fox había poseído a su ilegítimo sucesor.
No sería raro que eso ocurriera, siempre se han hecho mutuamente el trabajo sucio, a pesar de que nunca se soportaron: fue Fox, con la ayuda de Santiago Creel y de Macedo de la Concha quién estructuró toda la estrategia fallida de desafuero contra López Obrador para allanar al camino al panista que lo sucediera, reconociendo incluso que metió las manos todo lo que pudo para evitar la llegada de AMLO.
Pero las complicidades no solo fueron políticas, también fueron delincuenciales, hay que recordar que durante el sexenio de Fox, iniciaron a malearse en la AFI todos los funcionarios que posteriormente se convertirían en narcos consagrados ya con Calderón: García Luna, Cárdenas Palomino, Pequeño García, Facundo Rosas… y decenas de miembros más de los que luego sería el cártel de la extinta PF, operado desde la residencia oficial de
Los Pinos.
Prohibido olvidar también que durante el gobierno de Vicente Fox, subió el precio de la luz para las familias mexicanas en un 90%, y curiosamente un empleado de Iberdrola fue su secretario de energía: nada más y nada menos que Felipe Calderón.
Y los incómodos. Cómo olvidarlos: uno tenía a los Briviesca, aliados con la delincuencia para controlar el huachicol, otro, a su hermana Cocoa, pidiéndole dinero a La Tuta para su campaña electoral.
De no ser por el sombrero, no habría manera de distinguirlos.
