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Luego de mostrar una identificación activa de la Comisión Nacional de Electricidad (CFE), ingresaba al domicilio de las víctimas y las violaba.
Redacción Grupo Cantón.
Aquella tarde, varios vecinos vieron a un hombre de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), presuntamente arreglar un poste de luz, en la alcaldía Benito Juárez. Con herramienta en mano, su uniforme y un gafete presumía su rostro y su nombre, parecía que Marcelo Narváez “N”, era un auténtico trabajador de la CFE. Y digo parecía porque desde las alturas, como animal salvaje, acechaba a su víctima, una mujer de 60 años que vivía justamente a un costado de aquel poste. Pues desde hace varios días ya había estudiado a Josefina “N”, (nombre ficticio de la víctima), a qué hora entraba, salía, con quien vivía y los horarios en lo que se encontraba sola.
DISFRAZ
Es por ello que utilizaba aquel disfraz, el cual le permitía treparse a los postes y desde ahí visualizar todas las viviendas de sus víctimas, ya que él no distinguía edades, podía atentar contra una niña de 12 años hasta mujeres de edad avanzada. El muy cínico llegaba con su credencial vigente y se hacía asar como trabajador de la CFE, la cual le permitía ganarse la confianza de cualquiera e ingresar a su domicilio.
VIOLACION
“Sí, dígame, ¿Qué se le ofrece?”, respondió a los toquidos en el zaguán Josefina. “Buenas tardes, vengo de la CFE”, dijo Marcelo, quien espero atento a que la mujer abriera la puerta. “Si, diga”, respondió Josefina. “Vengo a realizarle una inspección, ya que los cables han tenido varias fallas en los últimos días y necesito corroborar, ¿Puedo ingresar a su domicilio?”, comentó. “Sí, adelante por favor”, expresó la sexagenaria.
La pobre mujer jamás imaginó que ese sería el peor error de su vida, pues una vez dentro de su hogar, Marcelo, esperó que la anciana ingresara para tomarla del cabello y arrastrarla hasta dentro de su vivienda. Fue ahí, cuando Marcelo con su fuerza bruta despojó a la mujer de sus prendas y, entre golpes, abusó de ella sexualmente y todavía no conforme con ello la amenazó y despojó de sus pertenencias.
“¡Ni se te ocurra decir algo o avisarle a la policía!, es más, cuando cierre esa puerta, vas a esperar 10 minutos a que yo me vaya, nada de jugarle al ver… porque me regreso y te parto la madre”, expresó con enojo Marcelo para intimidar a su víctima. “¡No le juro que no diré nada!”, dijo Josefina llorando, pues, aunque había hecho todo lo posible por quitarse de encima a Marcelo, no pudo lograrlo. “Afloja esos aretes y de paso el collar ¡apúrale pendeja!”, gritó el sujeto, quien los tomó y salió apresuradamente del domicilio.
Días después Josefina se dio valor y denunció las salvajadas que aquel hombre había hecho y resultó que el mismo falso empleado de la CFE ya había atacado a otras 9 mujeres. La lluvia de quejas permitió que agentes de la PDI le echaran el guante y lo encerraran en el Reclusorio Oriente, donde los presos amenazan con darle su merecido.
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