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Ana María Vázquez
Es increíble cómo están subiendo las cosas, le dijo un hombre mal encarado y bien vestido al que atendía el puesto de quesadillas. ¿Sí, ¿verdad?, respondió
aquel más a fuerza por ser cliente que por querer entablar conversación. ¡Increíble!, ¿a dónde vamos a parar con este gobierno?, ¡todo sube! El dependiente
seguía cuidando el comal y apurando a su mujer para que echara más quesadillas en él; dio un breve vistazo al localito lleno donde yo me encontraba lo
suficientemente cerca para escuchar.
El tianguis de fin de semana me encanta por su variedad de colores, de gente y sobre todo de delicias.
El hombre siguió con sus quejas: Fíjese, tuve que apresurar la construcción de la segunda casa porque uno nunca sabe y mejor terminarla antes de que suba
más todo.
¿Y su mujer? Preguntó el tianguista todavía sin mirarlo. -No, pues sigue de viaje, fíjese, ya lleva como 20 días en Cancún y no se quiere regresar, quesque
porque aquí en Ajusco está muy frío, ni modo. Por un breve momento el hombre dejó su puesto para mirar al comensal -Pero Cancún es de los lugares más caros, ¿no?, y usted construyendo su segunda casa… pues tan mal no le debe ir. No se crea, amigo -respondió aquel fajándose el pantalón con el cinturón de piel y gruesa hebilla- No se crea, se sufre… lo que le digo, este gobierno que nos exprime.
Hubo un silencio, el dependiente disimulando una sonrisa irónica envolvió lo que el hombre había pedido y cobró, luego siguió en lo suyo. El mercadito hervía de gente y varios, afuera del puesto hacían fila para ocupar un lugar.
Volví a mi lectura de noticias: Protestas en Reino Unido por los altos precios de la energía. Protestan en Europa contra el alto costo de la vida e inflación.
Protestan en República Checa contra la inflación y la crisis. Queman facturas de la energía en Roma.
Alza histórica en España, se dispara hasta un 500% el precio de los alimentos. Mientras el llamado primer mundo se ahoga en deudas, financia una guerra absurda y aplasta a sus ciudadanos con recortes energéticos y alza, aquí se reconstruye, aunque duela, aunque muchos piensen que será, como antes, ahora sí se construye para todos. Todo, pensé, es cosa de contextos.
