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Sujetos a bordo de un vehículo le arrebataron a la menor de 10 años.
Redacción Grupo Cantón.
El día parecía ser normal para Flor “N” quien muy apresurada y de la mano de su pequeña hija caminaba sobre las peligrosas calles de Ecatepec.
La tarde pintaba ser lluviosa, por lo que mientras continuaban su camino observaban transeúntes con paraguas en mano, impermeable y abrigos, por si en cualquier momento el cielo cambiaba de color y la avenida se llenaba de charcos.
Pero a veces la lluvia es tan sorpresiva como los accidentes, los robos y los asesinatos, pues ocurren en un abrir y cerrar de ojos, llegan de la nada y toman a su víctima c o m o Truman Capote tituló su novela publicada en 1966 “A sangre fría”.
Fue como de repente, un carro a toda velocidad aceleró desde de lo lejos y casi derrapándose frenó posicionándose frente a la mujer y a la pequeña niña de 10 años, quienes se quedaron pasmadas y un tanto intimidadas por el acercamiento del vehículo.
Al frenar, de la unidad descendió rápidamente un hombre, el cual dejó la puerta entre abierta y miró fijamente a la mujer, quien lo describió como una mirada sin alma, sin embargo, se percató que dentro del carro se observaba sentada una persona más.
Sin decir nada y actuando velozmente, el hombre jaló a la niña de las prendas para tratar de subirla a la unidad, provocando que Flor también la agarrara y entre la desesperación comenzó a gritar. “¡Ayuda!, ¡No te la lleves!”, “¡Deja a mi hija!” gritó, mientras con sus manos se aferraba a la pequeña.
La fuerza del hombre superó la desesperación de Flor, pues el secuestrador logró subir con la menor al vehículo y, a toda velocidad, escaparon de la zona. El grupo delictivo no contaba con la astucia de Flor, quien logro percatarse del número de placas, características particulares del vehículo y la ruta que tomaron, por lo que minutos después llamó al número de emergencia 911 y cinco minutos después agentes de la Policía Municipal ya estaban junto a ella.
“Hizo muy bien en percatarse de todos esos datos”, dijo un uniformado mientras pedía apoyo para lograr dar con la ubicación de los malhechores a través de las cámaras de C5. “El vehículo ingresó a un hotel ubicado sobre la carretera Lechería-Texcoco, en la colonia Santa María Chiconautla”, avisaron al uniformado vía radio, quien de inmediato pidió apoyo a más colegas para enfrentar a los agresores, pues con anterioridad el inmueble ya había sido señalado como escenario de hechos delictivos.
Inmediatamente los efectivos se trasladaron al lugar donde, luego de crear y llevar a cabo un estructurado plan, lograron ingresar y, afortunadamente, lograron rescatar a la niña que estaba pálida como un fantasma, por lo que inmediatamente la trasladaron para realizarle un análisis médico.
Luego del rescate, los sabuesos de la PDI continuaron con las investigaciones y desarrollaron una gran movilización en la colonia Granjas Populares de Guadalupe, donde detuvieron a Francisco Javier “N”, de 30 años, implicado en el secuestro de la menor.
La tarde del día siguiente las calles se llenaron de charcos, pero para Flor, el cielo estaba lleno de luz, de tonalidades azul brillante y hasta podía ver arcoíris pues, una vez más la vida le permitió tener en sus brazos a su pequeña. Este caso sirve para que las personas pongan más atención sobre los casos delictivos que pueden llegar a ocurrir hasta en la esquina de nuestra puerta o como dice Capote para muchos “es fácil no hacer caso de la lluvia si se posee un impermeable.
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