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Sebastián Ramírez Mendoza.
Hace unos meses un grupo de mujeres indígenas de diversas partes del país, hizo a la Jefa de Gobierno la petición de sustituir el monumento de Cristóbal Colón en Paseo de la Reforma, por uno que honrara y reconociera los siglos de resistencia de las indígenas durante la invasión española en América; en consecuencia, se tomó colectivamente la decisión de colocar en esa emblemática glorieta la escultura de la Joven de Amajac.
Ayer, en el marco del aniversario de la llegada de los colonizadores, más de ocho mil mujeres indígenas se dieron cita para concentrarse en donde se encontraba la estatua de Colón, con el fin de reiterar su demanda de colocar a este histórico personaje en una de las principales avenidas de México, y su solicitud no es menor.
Es importante que resignifiquemos los símbolos que le dan memoria histórica a nuestra Ciudad, especialmente en los tiempos de Transformación que estamos viviendo, con la intención de reivindicar la lucha de las mujeres indígenas y su papel en nuestra historia, tal como lo hizo la Doctora Sheinbaum al inaugurar el Paseo de las Heroínas unos meses atrás.
Como siempre hemos sostenido, nuestro Movimiento es el instrumento de lucha de los pobres y los olvidados, y también de las mujeres indígenas, cuyo papel histórico debemos reconocer, y cuyas luchas nunca podemos dejar de acompañar.
