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En la última Fecha FIFA previo a la Copa del Mundo, Argentina mantuvo gran nivel, mientras México debe seguir trabajando para no rezagarse en el Grupo C del Mundial
Víctor Ramón Tirado Soto
El grupo mundialista, donde se encuentra México, presenta rivales difíciles, como los son Argentina, Polonia y Arabia Saudita, sin embargo, si Gerardo Martino encuentra la fórmula para que el Tri tenga un mejor desempeño, podría complicarles en el sector C de Qatar 2022.
México: Gerardo Martino ha trabajado con un mismo estilo, que seguramente mantendrá, hasta sus últimos días al frente del Tri. El equipo del Tata juega con un clásico 4-3-3; siempre busca la posesión del balón, y salidas desde la defensa con la pelota controlada.
Además, los laterales se suman, para tener más gente al ataque, al igual que los extremos, que buscan duelos individuales, para crear espacios o llegar a línea de fondo para centrar al delantero.
Por eso Tecatito Corona es una baja muy sensible, en caso de no subirse al avión a Qatar.
Cosas por mejorar: Sufre en jugadas a balón parado, el 30% de los goles en contra en la era de Martino, han sido en este tipo de jugadas, por ejemplo: en la final de la Copa Oro 2021, Estados Unidos metió el único gol del partido después del cobro de una falta, que remató de cabeza Miles Robinson al minuto 117.
El equipo mexicano tiene fallas a la hora de salir jugando, que se convierten en oportunidades para los rivales.
El problema del gol en el Tri, no es de ahora. Lleva tres años sufriendo de la falta de delanteros que concreten las jugadas generadas.
Polonia: Es el primer rival que enfrentará la Selección Mexicana, cuenta con una de las máximas figuras del futbol mundial, Robert Lewandowski, que, además, mantiene su gran nivel goleador.
El historial entre polacos y mexicanos es parejo: en amistosos, registraron dos empates y una victoria para el Tricolor. Una sola ocasión se enfrentaron en Copa del Mundo, fue en el año 1978, donde Polonia venció 3-1 a México.
Czesław Michniewicz es el entrenador de la selección polaca, le apodan el “Mourinho polaco”. Su juego se basa en el orden defensivo, con transiciones rápidas en el ataque. Juegan con una formación: 4-1-4-1. La ofensiva se basa en balones largos, para encontrar a su líder en profundidad o en el juego aéreo, que es donde México tiene que tener más cuidado.
Deficiencias: el equipo polaco, no tiene un buen manejo de balón, por lo que casi siempre sus rivales tienen mayor posesión en el juego.
Argentina: Cuenta con uno de los mejores jugadores de la historia, Lionel Messi. Los números están a favor de la Albiceleste, ya que, en tres partidos mundialistas, Argentina ganó todos, la más dolorosa en Alemania 2006, cuando en tiempos extras, Maxi Rodríguez eliminó a México con un golazo de volea.
El equipo de Leonel Scaloni, tiene un equipo que se puede adaptar al rival y sus características, aunque regularmente juega con una formación de 4-2-3-1; mucho del juego pasa por Messi que se encarga de distribuir el balón al ataque y en las perdidas tiene gente organizada que se encarga en la recuperación. Además de Messi, tiene jugadores, desequilibrantes, como Ángel di María, Julián Álvarez, Lautaro Martínez, Rodrigo De Paul o Darío Papu Gómez.
Deficiencias: El equipo argentino depende mucho de lo que haga, Lionel, por lo que, si no entra en juego, pierden mucho a la ofensiva.
Arabia Saudita: El rival más flojo en el papel dentro del Grupo C. Todos sus jugadores, compiten en la liga local.
Arabia y México, nunca se han enfrentado en Copas del Mundo, y en torneos oficiales solo en la Confederaciones. El saldo es a favor del Tri, que de 3 partidos tiene 3 victorias.
La selección Saudita tiene un técnico francés, Hervé Renard, que juega con una formación, 4-2-3-1, mantiene a sus defensas y mediocampistas, siempre cerca para evitar juego por el centro, también se caracterizan por presionar alto, tienen un jugador con talento, Al Faraj, que es el que se encarga de comandar la ofensiva.
Deficiencias: Al buscar la presión alta, dejan espacio por detrás de sus defensores, que es aprovechado por el enemigo. Cuando su presión alta no es efectiva, no hacen buenos recorridos para reorganizarse.
