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Fabián Pasos
Desde que arrancó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador me he preguntado en más de una ocasión ¿por qué los periodistas que siempre se quedaron callados ahora atacan como perros con rabia al gobierno federal? Es increíble que durante muchos años permanecieron en silencio y hoy se han convertido en la “oposición política” que hasta la fecha es inexistente en el país.
Me queda claro que AMLO aprendió de manera correcta el uso de las redes sociales y de manera sutil, sin que nadie se percatara; esta es una de sus mejores armas para combatir la oposición política del país, los periodistas que cobraron “chayo” durante años desaparecieron del mapa para convertirse en los críticos más incisivos del Gobierno Federal.
Los mexicanos generaron durante muchos años una relación tóxica con diversos líderes de opinión, una relación enfermiza que comienza todas las mañanas al encender la televisión o prender el radio mientras manejas al trabajo. La costumbre, el apego y el miedo al cambio, propició en miles de mexicanos que esta relación siga vigente hasta la fecha sin importar que te mientan en la “jeta” seguirás consumiendo esa basura sin distinguir la verdad detrás de sus palabras.
El “tren del mame” es atacar al gobierno actual, simplemente por estar “de moda” o pertenecer al grupo “hype” del país que mira hacia abajo a todo aquel que haya votado por AMLO; en esa actitud radica la mediocridad de cientos de personas que canalizan su frustración cotidiana, en odio a cualquier mexicano que opine de manera distinta.
Los periodistas “chayoteros” que durante años cobraron cientos de miles de pesos son el principal cáncer del país pues gracias a sus mentiras todos los mexicanos permanecieron aletargados en un hipersueño que hasta el momento es complicado erradicar.
Muchos periodistas se jactan de ser los únicos que tienen la verdad en su boca cuando en realidad lo único que quieren es tener la razón por encima de otros líderes de opinión que opinan de manera distinta.
