Visitas
Por Diego Elías Cedillo
@diegoecedillo
Es sábado, queridas y queridos lectores, como saben
este tecleador se reunirá con viejos amigos para
brindar por ustedes, en esta ocasión con un destilado
de jugo de caña y agua de coco, debido al calor en mi
visita a la república del cacao, Tabasco -mi tierra- derivado de la gira del Presidente López Obrador
por la región.
Seguramente al chocar las copas de cristal de
Baccarat, dicho brindis será en honor al legendario
Michael Jordan, por aquello que fue un día igual a
este, pero de hace 27 años, cuando en una rueda de
prensa la estrella de la NBA anunció su regreso, algo
parecido a la aparición estelar que tuvo Ricardo
Aldana -el nuevo- líder sindical de los trabajadores
petroleros.
Sin embargo, en este caso su popularidad en
lugar de subir, bajó, por aquello que en el evento de
la expropiación petrolera ni siquiera fue invitado
al pódium principal, acaso se deberá por su
oscuro pasado y su cercanía con Carlos Romero
Deschamps.
No obstante, quien se mantiene como un hito en
la política mexicana es el secretario de Gobernación,
Adán Augusto López Hernández, debido a que
en Minatitlán, solo después del Presidente, fue el
segundo en recibir más aplausos.
Lo curioso fue que el tercer lugar en aplausos lo
tuvo la secretaria de Energía, Rocío Nahle, ¿será un
termómetro de su anhelada candidatura a Veracruz?
POST-IT
Todo parece indicar que el secretario de la
Defensa, Luis Cresencio Sandoval, no hizo su tarea,
pues al momento de hacer una recapitulación del
AIFA omitió mencionar el Museo del Mamut.
POST-IT 2
La segunda parte, que “quizá” no sepa
Ariadna Montiel, titular de Bienestar, es que su
coordinador de Instrumentación y Seguimiento,
Joaquín Rueda Carrillo, solía pedirle diezmo a sus
subordinados del programa “Abogado en tu Casa”,
insignia del gobierno de Miguel Ángel Mancera.
Lo más triste de lo anteriormente comentado es
que los colaboradores del programa sólo percibían
un sueldo menor a los 10 mil pesos y Joaquincito
percibía más de 40 mil al mes como secretario
particular.
La avaricia no tiene límites. Y falta mucho mááás…
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