3 lecturas
Diego Elías Cedillo
Será casualidad que hace 134 años en París se ponía la primera piedra de la Torre Eiffel, y curiosamente en esa época sufría un atentado el Zar Alejandro II, por parte del estudiante Aleksandro Soloviov, creando una tensión nunca antes vista en la Rusia Imperial, algo parecido a lo que estamos viviendo a raíz del conflicto entre Vladímir Putin y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Habrá que hacer una cadena de oración para que el dirigente del -moribundo- PRD, Chuchito Zambrano, no vaya a querer tener aires protagonistas, debido a su pasado soviético, por
haber sido miembro de la Liga 23 de septiembre.
Estimado “dirigente” perredista, recordemos que la política exterior de México está basada en la Doctrina Estrada, citada múltiples veces por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, no vaya a tener la ocurrencia de buscar protagonismo internacional.
A manera de consejo, Sr. bachiller Zambrano Grijalva, su ira y coraje sería bueno se enfocase en la candidatura naranja para Quintana Roo, del actor Roberto Palazuelos, ya que los confidentes de este tunden-maquinas, rumoran que le pidió al “diamante negro” algunos billullos, para hacerlo candidato. ¿Usted dirá, verdad o mentira?
“Y hablando de verdades, mujeres y traiciones” -a manera de recordar a Don Vicente Fernández-, será que al “patroncito” naranja Dante Delgado le habrá faltado aprender malicia en el penal de Pacho Viejo, pues esos errores políticos no los comete ni Alito Moreno en el PRI.
POST-IT
Qué pasará por la cabeza -con resaca del expresidente Felipillo Calderón, todas las mañanas, cuando recuerde el error garrafal que cometió al incorporar a su gobierno a un corrupto, como Genaro García Luna.
Lo anterior, ante los pronunciamientos cotidianos del presidente López Obrador, sobre el orgullo que es tener a Rosa Icela Rodríguez en su gobierno.
A manera de reflexión, estimadas y estimados lectores, ustedes qué opinan, Calderón Hinojosa, debería entregarse a las autoridades para enfrentar un juicio político, con base en su decisión de integrar a su gabinete a un delincuente.
