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marzo 29, 2024

Arreando al elefante
Arreando al elefante, Diego Cedillo.

Voces

Arreando al Elefante | ¿Le gustará a Alito Moreno ser derrotado constantemente?

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Diego Cedillo 

Para los gustosos de la historia, será grato recordar que una tarde igual está en el nordeste de Italia, Julio César junto con su ejército cruzaba el Rio Rubicón, dando inicio a la segunda guerra civil de la República romana, y creando la frase “cruzar el Rubicón” como una premisa de lanzarse irrevocablemente a una empresa de arriesgadas consecuencias.

A manera de asemejar la historia romana, con la historia política en México, dicho hecho podría asemejarse al paso que ha dado la cuarta transformación encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues al igual que el político romano que devastó a sus opositores, hoy el PRI, a cargo de Alito Moreno, parece que se esfuerza por ser derrotado.

Pues al igual que Pompeyo con sus arrebatos políticos, Moreno Cárdenas, decidió imponer como candidata para la gubernatura de Hidalgo a Carolina Viggiano, decisión que seguramente no le agrado al gobernador hidalguense, pues en el evento de destape, el gran ausente fue Omar Fayad.

Estimado Senador Julio Menchaca, tal y como dirían en la antigua Roma, “Alea iacta est” (la suerte está echada).

POST-IT

Una noche igual a esta, pero de 1980, se incendiaba el Árbol de la Noche Triste, donde lloró Hernán Cortés su derrota, será casualidad que 9 años después este mismo día, era capturado el líder sindical de los petroleros, Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como la Quina.

Aseguran los confidentes de este tunde-máquinas que, al incendiarse el ahuehuete de más de 500 años, los lamentos del español, resuenan al darse cuenta de los cacicazgos sindicales.

Pues a pesar de la detención de Joaquín Hernández, La Quina; de Elba Esther Gordillo, y del llamado a la democracia en el cacicazgo contemporáneo de Romero Deschamps, aún hay “líderes” que destilan corrupción, como el caso de Víctor Flores en Ferrocarriles. O el espectáculo que protagoniza el electricista Víctor Fuentes del Villar, en su paso por las calles de la CDMX, y ni que decir del SNTE con Alfonsito Cepeda Salas.

¿Estimada Luisa María Alcalde faltará mucho para la democracia sindical?

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