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Diego Cedillo
Hoy por la mañana, en la mayoría de los hogares mexicanos Melchor, Gaspar y Baltasar realizarán diversas visitas para cumplir los deseos de niñas y niños, sin embargo, lo que muchos lectores ignoran es que más de un político, quisiera que sus sueños se hicieran realidad.
El primero en escribir su carta, seguro será el “líder” del PAN, MarkoCortés, a manera de nunca haber admitido a la Senadora Lilly Téllez, pues ante sus “regalos” como aquella criticada ambulancia, aseguran los confidentes de este tunde-máquinas que el contador michoacano, esta pensando que ese voto “extra” en la Cámara Alta, salió muy caro.
Al platicar en exclusiva con el Rey Mago Baltasar, dicho Sacerdote, tuvo a bien solicitarle a este tecleador prestado su elefante para entregar un curioso regalo, a cambio me ofreció información clasificada, asegurándome que el “diplomático” Andrés Roemer, al igual que el economista Emilio Lozoya Austin, le pidieron un reloj para volver atrás el tiempo (sacado de los libros de Harry Potter), y así poder evitar haber cometido tantos delitos.
Lamentablemente por ellos, pero en beneficio para las y los mexicanos, me aseguró Baltasar que tiene pensado llevarles un trozo de carbón.
¡Ah! y hablando de priistas, casi lo olvidaba, quien pidió continuar con su carrera política sin importarle un cambio de partido fue el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, ya que según él, se ha portado muy bien durante todooo el año.
Desde su camello buscando agua en Boca del Río, Melchor le cuchicheó a un veracruzano, que el líder naranja de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, le rogaba en su carta, que él Gobernatore de Nuevo León, se pareciere más a Mariana Rodríguez y menos a Samuel García.
Pues esta comprobado que Samuelito cuando tiene una idea, lo único que hace es perjudicar más al partido.
POST-IT
Desde la República del cacao, se escucha el rumor que las y los tabasqueños escribieron como tercer deseo que al concluir el mandato del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la silla del águila pueda ser ocupada por otro paisano, ¡choco!
