0 lectura
Salvador Guerrero Chiprés
Este miércoles se cumplen dos años de que el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México inauguró su primera sede alterna en la alcaldía Iztapalapa, con la intención de contribuir a la visibilización de los problemas de seguridad y justicia en el oriente de la metrópoli.
Desde la apertura, el 5 de enero de 2020, en el Barrio San Pablo, en Luis Hidalgo Monroy 100, cerca de 30 mil personas han recibido ayuda psicológica y jurídica gratuita.
No podremos gozar de una ciudadanía plena si dentro de la comunidad persisten desigualdades, intolerancia, violencia o impunidad. Construir armonía y entornos seguros es una labor conjunta. Ciudadanía, organismos civiles, empresas y autoridades deben trabajar en coordinación para tal efecto.
Históricamente, la zona oriente y en particular Iztapalapa, han cargado con el estigma de alta incidencia delictiva, a pesar de que desde 2018 a la fecha hay una disminución del 50% en delitos de alto impacto y ya se ubica como la séptima alcaldía en tasa de delitos por cada 100 mil habitantes mientras que, al menos considerados con este último indicador, Cuauhtémoc y Benito Juárez registran mayor incidencia delictiva.
El trabajo de la alcaldesa Clara Brugada ha encontrado el apoyo de una ciudadanía participativa que también ha sabido expresar sus necesidades.
Conocer y enfrentar las vulnerabilidades ha sido posible con el acercamiento de los servicios, que representa atención a las causas, como lo ha impulsado la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, única mandataria de entre las y los responsables de seis entidades con mayor población del país que puede reivindicar mejoras muy significativas en seguridad.
