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Héctor García
Para los candidatos de Morena a las alcaldías con sus concejales y diputaciones locales cambió su panorama político a partir del lunes 3 de mayo por el efecto L-12, pues todas las miradas apuntan contrariamente hacia los abanderados de esta fuerza política, sin deberla.
Sin embargo, el efecto de la L-12 solo vino a ahondar más la desaprobación ciudadana contra algunos candidatos de Morena, por la pugna interna que persiste entre algunos (Álvaro Obregón, Coyoacán, Azcapotzalco, Tlalpan), porque desde antes del 3 de mayo no levantaban sus campañas.
Para comités vecinales y colectivos ciudadanos, los candidatos del partido gobernante aún pueden levantar y llegar con fuerza el día 6 de junio a la elección, ya que del otro lado pocos son los contendientes que les quitan el sueño, porque algunos son reciclados de otras fuerzas políticas o son cartuchos quemados.
A partir del 4 de abril pasado cuando iniciaron las campañas electorales, los capitalinos se quejaban del asedio de brigadistas morenistas por la entrega de propaganda política, ahora ya nos los quieren ni ver porque su actitud agresiva va en ascenso.
Sin embargo, aceptaron que todos los partidos políticos y sus abanderados cuentan con un equipo de brigadistas que van a la vanguardia para convencer a la ciudadanía de las bondades de sus candidatos entregándoles propaganda política considerada hoy en día como basura y un gasto innecesario.
La gran mayoría utiliza las redes sociales para ensalzar sus imágenes políticas y proyectos de gobierno, pero también están más expuestos la reacción ciudadana, principalmente de personajes que se dicen salvadores de sus comunidades pero cuando han sido autoridades se esconden para no dar solución a sus demandas.
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