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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
CIUDAD DE MÉXICO.- Parientes de Luis Gustavo Rodríguez, herido de gravedad en el accidente del Metro, dijeron al reportero de Basta, del Grupo Cantón, que fueron entrevistados por funcionarios de Atención a Víctimas para informarles que recibirán aportación de los recursos destinados por el gobierno de CDMX, como lo anunció la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, en apoyo a las familias de las personas accidentadas en la tragedia del Metro de la línea 12, el día 3 de mayo.
Basta estuvo en el momento que los funcionarios se presentaron con los padres de Luis Gustavo y les anunciaron que recibirán $50,000.pesos de parte del Gobierno de CDMX como una aportación directa y que serán indemnizados con $ 650,000.00, en cuanto haga el ajuste el Grupo Mexicano de Seguros , por la póliza vigente, contratada por el Servicio de Transporte Colectivo, y que dicho seguro tiene una responsabilidad civil y daños a terceros. Hasta al momento se reportan 26 muertos y 79 heridos.
El caso de Luis Gustavo de 52 años, le hemos publicado en estas páginas y ayer entrevistamos, una vez más, a sus padres y hermanos que nos relatan el estado de su salud
Es increíble ver que la vida de las familias de quienes sobrevivieron al percance del Metro en Tláhuac, ha cambiado. Viven, ahora, afuera de los hospitales en espera de noticias buenas sobre la salud de sus pacientes-
De día y de noche, están atentos a las novedades que les den en esos sanatorios.
Una de esas familias, la de Gustavo, se encuentra en el camellón central de la calle Sonora, en loa colonia Roma, afuera del Sanatorio Durango.
Es la familia de Luis Gustavo Rodríguez Rojas, quien la noche del lunes, justo hace ocho días, viajaba en el convoy que a las diez de la noche con veinte minutos se descarriló al romperse el puente que soporta las vías de la Línea 12, a la altura de la estación Olivos.
Narramos la semana pa- sada que Luis Gustavo iba en el segundo vagón de los dos que se cayeron tras re- ventarse la columna sostén.
La vida de Luis Gustavo, pende de un hilo. Sus hermanos ruegan a Dios que lo socorra, que no permita que le pase nada malo.
Se han acostumbrado a hacer oraciones en ese ca- mellón. Ahí no hay capilla, pero han decidido rezar por el bienestar de él.
Luis Gustavo, de 50 años de edad, es chofer. Y hasta antes de la pandemia, manejaba un camioncito de transporte escolar.
Gustavo regresaba a casa después de un día de trabajo, pero al parecer se quedó dormido y, eso le ha cambia- do la vida.
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