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20/01/2020 08:16 / Tenosique, Tabasco
Unos 424 centroamericanos que pedían la entrada “en nombre de Dios” a las autoridades mexicanas para poder pasar a México, fueron escuchados, dejados entrar y posteriormente acumulados dentro de camiones de transporte, durante la noche del sábado y madrugada del domingo. Les dijeron que van a Villahermosa, Tabasco; pero no saben el destino final.
Los extranjeros que no se creyeron el cuento del empleo decidieron rodear la garita del puerto fronterizo “El Ceibo” unos 250 metros más hacia la montaña y se internaron en México, luego, por la carretera que va hasta la ciudad de Tenosique, fueron detenidos en los diversos operativos que se generalizaron desde el viernes por la tarde.
Niños, niñas, y adolescentes fueron los primeros en entrar al territorio mexicano, avalado por los agentes migratorios, quienes después de una corta entrevista eran conducidos hacia uno de los autobuses que por la noche del sábado llegaron hasta el Ceibo con el fin de transportarlos.
Aunque nadie lo ha dicho, se trata más bien de un aseguramiento masivo debido que los primeros centroamericanos que subieron a los autobuses aparentemente rumbo a la ciudad de Villahermosa, siguen bajo el control de los Servicios Migratorios y otros cientos de hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y haitianos, están concentrados en el área de la garita fronteriza mexicana, que tiene el espacio de unas 3 hectáreas cercadas con maya ciclónica y alambre de púas.
… Y DIOS ABRIÓ LAS PUERTAS
Anteayer algunos migrantes hondureños decían que no se quitarían del portón hasta que se abriera. Que Dios abriría las puertas para que ellos siguieran su camino, y como un mandato divino, después de la negativa de dejarlos pasar, varias voces de oficiales mexicanos, comenzaron a llamar a la gente para filtrarlos por la frontera.
Al parecer, lo mismo hicieron las autoridades guatwemaltecas, al abrir su puerta fronteriza. Esa noche, unos 424 centroamericanos lograron pasar a las instalaciones del Instituto Nacional de Migración.