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abril 19, 2024

Seguridad

El caníbal de Tecámac devora a su esposa e hijas

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TECÁMAC, EDOMEX.- Un caso digno de un serie o película de terror ocurrió en este municipio, donde un expolicía federal asesinó y descuartizó a su esposa y sus dos hijitas y comió su carne, además de dormir varios días con los cadáveres que ya se encontraban en estado de descomposición.

José López Bautista, un expolicía federal de 34 años de edad y ahora llamado El Caníbal de Tecámac, asesinó a su esposa Esther Alicia Castro Luzanilla, de 36 años, y a sus hijas Alessandra, de 5, y Lorena, de un año con 4 meses, y guardó sus cuerpos dentro de su casa ubicada en la sección Bosques de Los Héroes Tecámac.

El desquiciado sujeto mantuvo los cadáveres de su esposa e hijas sobre la cama durante una semana, tiempo en que durmió con ellos y cometió actos de canibalismo, pues les cortó partes de sus cuerpos para comérselos, tras haber acudido a un retiro espiritual en donde entes de otro mundo, supuestamente, le ordenaron cometer tal atrocidad.

IBA A QUEMARLOS

Olores fétidos que emanaban de la casa alertaron a los vecinos, quienes dieron aviso a la policía y al llegar vieron cuando el caníbal, bajo los efectos de alguna droga, quemaba la ropa de sus víctimas.

Tras ser interrogado, los policías registraron la casa y vieron sobre una cama los cuerpos descuartizados de una mujer y dos niñas. López Bautista confesó haber asfixiado y acuchillado a su esposa e hijas, luego mutiló los cuerpos y los escondió en la casa, donde planeaba incinerarlos. No aclaró los motivos que lo llevaron a cometer el aberrante triple asesinato, aunque todo apunta a que es fanático de alguna secta.

El multihomicida fue trasladado a la Fiscalía de Homicidios, en Ecatepec, donde confesó que el pasado 31 de diciembre acudió a un retiro espiritual a Tlaxcala y regresó en los primeros días de enero para matar primero a su esposa mientras las niñas jugaban en uno de los pasillos; luego con engaños sometió a las dos pequeñitas y las acuchilló; inclusive trascendió que se dio tiempo para abrirle el tórax a la pequeña Alessandra y le sacó los órganos, los cuales depositó en una cubeta y le cortó la mano, la cual comenzó a comer.

Fuera de sí roció de cal y cloro los restos humanos para disimular el olor y los cubrió con cobijas. El Caníbal de Tecámac confesó que iba a incendiar la casa para borrar todo rastro de sus espeluznantes crímenes y escapar.

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