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CIUDAD DE MÉXICO.– En la capital del país, el uso de cigarro electrónico va en aumento entre jóvenes, adolescentes y adultos, quienes tienen la creencia de que es un instrumento correctivo para dejar el tabaco, pero en realidad podría ser 56 veces más dañino.
Está comprobado que el contenido de nicotina del e-líquido que contiene el cigarro electrónico afecta de manera más severa a la salud que el cigarro tradicional, pero sobre todo no ayuda a quitar la dependencia a la nicotina. Según un estudio del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), la adicción a la nicótica y el daño pulmonar grave son dos de las afectaciones a la salud que provoca el consumo del cigarrillo electrónico.
La directora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la UNAM, Guadalupe Ponciano Rodríguez, asegura que el daño del tabaco es crónico, pues pasa un largo tiempo antes de que se presenten sus repercusiones; en cambio el cigarrillo electrónico presenta un daño mucho más agudo, ya que la mayoría de las etiquetas no traen qué concentración de nicotina tienen, lo que lo hace potencialmente más peligroso.
“El cigarro de tabaco equivale a un miligramo de nicotina que entra a tu organismo; en el caso de los vapeadores es difícil decirlo porque varía dependiendo la marca, hay desde los que contienen desde 10, hasta los que contienen 56 miligramos de nicotina”, advierte la doctora Ponciano Rodríguez. Al respecto, la diputada Guadalupe Aguilar Solache, habla sobre la iniciativa que presentó para crear la Ley de Protección a la Salud de los no fumadores de la Ciudad de México, y afirma que su propuesta busca dar mayores advertencias sanitarias en los empaques del producto.
“Se trata de implementar una serie de avisos como la prohibición de patrocinio; publicidad limitada y restringida, así como restricciones de consumo en los espacios 100% libres de humo de tabaco, además de acciones para prevenir, tratar, investigar e informar sobre los daños que producen a la salud el consumo de tabaco, el e-líquido (e- liquid) y el cigarro electrónico, así como los humos, vapores y aerosoles que generan”, detalla.
Afirma que la falta de regulación ha derivado en la proliferación de los dispositivos electrónicos para el consumo de sustancias más nocivas que el tabaco, por lo cual se busca subir a rango de ley una regulación sobre el uso del cigarro electrónico en lugares cerrados, públicos y, principalmente donde se encuentren niñas y niños.
