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19/12/2019 13:08 / Centro, Tabasco
La Casa Hogar Oasis de Paz, enclavada en la Privada Frutales sin número, del Fraccionamiento Infonavit, en la Villa Parrilla, se prepara para recibir la Navidad.
Esta casa es dirigida por las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia. Una congregación que lleva las riendas de esta Institución de Servicio Social, y que tiene el alto objetivo de proteger a la niñez y juventud femenina en situación de alta vulnerabilidad. Aquí, se forma a las niñas y jóvenes a través de un proceso humano-católico, basado en el Evangelio, en la doctrina de la Iglesia, en la Constitución Nacional, en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Pedagogía, nos explica la hermana Sofía García Serafin.
Para ello, cuentan con instalaciones en donde las pequeñas toman parte en las labores cotidianas, además de estudiar y practicar actividades creativas, deportivas y talleres, así como con el apoyo de las religiosas y sus benefactores.
“En este ambiente festivo navideño en el que celebramos la venida del hijo de Dios, hacemos posada; a veces hay eucaristía, otras es la pastorela con piñata y dulceros. Vienen las niñas, sus familiares más cercanos, los bienhechores. Algunos traen comida, otros la piñata… es una época muy bonita”, nos cuenta la hermana Sofía.
En este espacio, las hermanas trabajan con niñas que vienen de sufrir abandono, violencia intrafamiliar y otras situaciones traumáticas, nos cuenta mientras recorremos el lugar. “Algunas presentan ciertos traumas, ciertas dificultades por el hecho de venir de familias separadas. Tienen ese sentido de abandono… piensan: mi papá se fue por mi culpa, o mi mamá se fue por mi culpa… Por eso le decimos a las niñas: eres importante. Eres deseada por Dios. El hecho de que tus papás no estén a tu lado, no quiere decir que valgas menos… Dios las ama”.
Pero no es sólo contra la resquebrajadura del alma y la erosión de la autoestima contra lo que deben luchas las Hermanas Terceras, porque, pese al esfuerzo que hacen por mantener las instalaciones en óptimas condiciones, en algunos dormitorios hay señales de deterioro; a las paredes les hace falta pintura, el cableado eléctrico y la cañería presentan fallas, y en consecuencia hay áreas de la casa que deben permanecer cerradas.
“Buscamos que las menores atendidas alcancen una personalidad acorde a su edad, caracterizada por un buen nivel de autoestima, autonomía, conciencia crítica, participativa; que adquieran los principios cristianos fundamentales que les ayuden a descubrirse a sí mismas, descubrir a Dios en los hombres, y dé claridad a su proyecto de vida, para asumir su situación personal, familiar y del entorno”, dice la hermana.
Y aclara: “A veces se tiene la idea de que la casa hogar es un lugar atemorizante, un lugar de castigo, cuando no es así… con su esfuerzo diario, les demostramos a las niñas que la casa hogar es un lugar de oportunidades… por ello los fines de semana los pasan con sus tutores o familiares cercanos, las vacaciones también, y entre semana se quedan aquí en la casa hogar donde trabajamos todos estos aspectos para que ellas tengan un desarrollo positivo”.
Son las once de la mañana y en la cocina preparan los alimentos. En las habitaciones, otras hermanas acompañadas de las niñas, realizan las labores de limpieza.
En cuanto a estas fechas, ellas celebran la Navidad con posadas y diversas actividades patrocinadas de manera altruista por instituciones privadas; dichas actividades, son parte importante del proceso de sanación que viven las menores y de su correcta integración a la sociedad.
“Es importante ir sanándolas, ir cicatrizándolas integralmente, para que puedan relacionarse con los demás de una manera adecuada. Por eso algunas instituciones también vienen a hacer posada aquí en Casa Hogar Oasis de Paz, para apoyar. A las niñas les traen regalos, comida, piñatas… ellas son felices y nosotras también disfrutamos con ellas”, confiesa.
Las pequeñas visten el uniforme de la institución: playera anaranjada y falda o pants azul marino. Algunas permanecen en el aula, sentadas en sus mesabancos, atentas a sus labores escolares; otras realizan actividades en el patio principal. Todas lucen pulcras y se comportan acorde con su edad, aunque sin relajar la disciplina.
Para poder continuar con su labor, las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia piden la colaboración de la ciudadanía, que pude efectuar sus donaciones en especie o en efectivo. También piden a las instituciones públicas que las apoyen, pues las necesidades son muchas y se acumulan día a día.
“Quienes nos quieran apoyar, pueden colaborar en efectivo y en especie, en artículos de limpieza, despensa… en todo aquello que se ocupa aquí para la manutención de las niñas. Los que nos urge bastante es la gasolina. Gracias a Dios tenemos el transporte pero no el combustible, gastamos muchísimo. Si alguien nos puede colaborar, se lo agradeceremos bastante”.
Al final, las niñas, acompañadas por las hermanas, se despiden deseando a todos una feliz Navidad y un año 2020 lleno de abundancia.