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Un melodrama protagonizado por Kuno Becker y José Ángel Bichir que utiliza al béisbol como vínculo idóneo para llegar al espectador
Por: Harry Plus
A lo largo de la historia de la cinematografía hemos explorado desde diversos ángulos la historia que envuelve al mítico béisbol, una juego aguerrido y cargado de adrenalina. Desde las propias historias de jugadores estrellas que han pisado el montículo como Babe Ruth o Roger Maris, pasando por simpáticas aventuras juveniles como en la cinta ‘Nuestra pandilla, 1993’, hasta llegar a las raíces del propio negocio, la exploración tras bambalinas del mercado de transferencias, empresarios y mercadotecnia que envuelve al juego de pelota (‘Moneyball’, 2011). No cabe duda que el deporte siempre ha funcionado como catalizador de emociones y sueños a través de la pantalla grande, el reflejo del sacrificio y la entrega sirven como vinculo director hacia el espectador, es por eso que el director Fernando Kalife junto con la productora Fábrica de cine y los actores Kuno Becker, Ximena Navarrete, José Ángel Bichir, Antonio de la Vega, David Villegas, Fitzgerald Navarro y Xavier Cervantes, nos entregan ‘108 costuras’, una nueva perspectiva hacia las vidas que van ligadas al ‘Rey de los deportes’.
La historia se muestra simple pero con un fuerte mensaje para los pequeños o adolescentes que anhelan hacer de este deporte su profesión, pues nos narra la historia de ‘Mauricio’ y ‘Reynaldo’, dos jóvenes que desde niños han entablado una fuerte y poderosa amistad, y que tienen como sueño el llegar a jugar el béisbol tanto en la Liga mexicana del Pacifico como en la Major League Baseball. A través de sus aventuras y desvaríos, ambos comprenderán que el significado de la amistad y el amor va más allá del deporte.
En este sentido podemos comprender la razón y la existencia de un filme como tal, pues principalmente podemos encontrar dos objetivos: la visibilidad para el deporte mexicano, en especial el béisbol, durante una transición nacional en la que se muestra menos apoyo a este tipo de actividades, recalcando que el deporte es y será una fuente inagotable de sueños por cumplir y de historias que contar. Segundo, apelar a la parte de la población que encuentra precisamente en este tipo de recreación un confort y un deseo por destacar, para entender que el imaginario y los sueños se pueden cumplir a base de esfuerzo y lucha, encontramos un mensaje para todos los niños o adolescentes que viven para este deporte y buscan convertirse en profesionales, y en ese ámbito está más que claro, tienes que buscar con ahínco esa meta.
La emotividad está ahí, el vehículo por igual y los actores centrales también, un recorrido sencillo sin mayores altibajos que pondrá a prueba la fe y la convicción de los amigos inseparables. Además tenemos que dar puntos extras por utilizar en la producción elementos reales como el footage del beisbolista mexicano Fernando Valenzuela, mostrando con orgullo sus hazañas desde el diamante, o por igual las acciones que llevaron a Adrián ‘Titán’ González, para establecer la marca de más home runs conectados durante los primeros 3 juegos de temporada (5 vuelacercas). Mencionando aparte el apoyo recibido por parte de la MLB para utilizar el campo de los Dodgers en diversas escenas de la película, incrementando con esto la magia y el aura que impregna a ‘108 costuras’.
Aunque la intención de la cinta es pura y honesta, y se logra crear un avance significativo en cuanto a la manera de realizar historias deportivos en nuestro país, encontramos diversas variantes que hacen tambalear a esta producción, una de ellas son las actuaciones, que si bien se percibe una dupla orgánica establecida entre Kuno Becker y José Ángel Bichir, es en los demás miembros de la puesta que encontramos una ficción desencajada y desangelada, ya que no logran conectar con la audiencia y con la historia en el nivel deseado, entorpeciendo así las acciones y el proseguir de la trama, en términos concretos se aplica el famoso dicho “no les compras el cuento”, lo cual se convierte en una distracción. Si bien entendemos que talentos como Ximena Navarrete, cuya base y formación profesional no es la actuación, la producción pudo optar por utilizar una base mucho más solida dentro de sus histriones para narrar una épica mejor estructurada.
Aunado a esto encontramos que la edición y la musicalización simplemente no aportan y por el contrario arrastran este relato, pues encontramos cortes abruptos y sin sentido, que no siguen una estructura homogénea y limpia, afectando con esto el ritmo y la transición de las escenas. Dentro del apartado musical entablamos el mayor de los problemas, pues desatinadamente se realiza una selección de acompañamientos sonoros que poco o nada encajan con las acciones de los personajes, son solo instrumentales que parecen sacadas de alguna lista común en alguna plataforma de contenido musical en linea; un desastre monumental que le quita el peso y la ferocidad a lo edificado emocionalmente. Tajantemente, aunque el mensaje elaborado hacia la redención y la búsqueda de sueños está ahí, la historia no supone un elemento fundamental para el espectador, pues es fácilmente olvidable, esto se debe al hecho de que no se trabajó a detalle o de forma exhaustiva el factor humanidad. Simples marionetas que se balancean dentro de la ficción.
Con ‘108 costuras’ encontramos una cinta que apelará a los más emotivos o sentimentales del hogar (no se necesita ser un fan del béisbol para mirarla), pues la historia no representa un mayor hit dentro de la cartelera nacional, y aunque se realiza un digno y sencillo homenaje hacia uno de los deportes más populares en nuestro país, la historia que lo acompasa poco o nada puede hacer para enaltecer la humanidad que rodea al ‘Rey de los deportes’, aunque algo es muy claro y bien lo dice una de las frases dentro de la historia, la amistad (y el amor por igual), son como una pelota, son dos gajos unidos por 108 costuras, es irrompible.