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EE.UU es un lugar muy peculiar, dónde cualquier persona puede demandar a cualquier otra persona por cualquier motivo, incluso por una señal de dedo: un tribunal en Pensilvania, declaró culpable a un vecino de la localidad de Manor por apuntar con sus dedos en forma de pistola a otro habitante.
El caso, de por si inverosímil, resulta justificado al conocer la historia: Stephen Kirchner, de 64 años, paseaba por el barrio con una vecina. Al pasar por delante de la casa de Josh Klingseisen vieron que este estaba en su jardín colocando césped. “Kirchner se detuvo, estableció contacto visual con Klingseisen e hizo con la mano un gesto que imitaba el disparo y retroceso de una arma”, según la publicación.
Según informa el juez, Klingseisen y la acompañante de Kirchner, Elaine Natore, ya habían tenido conflictos en el pasado y la mujer había recibido un orden civil que le prohibía tener contacto con él. Este conflicto hizo que Klingseisen instalase cámaras de seguridad en su propiedad.
Kirchner apeló a la sentencia, declarando que su acción era tan mínima que ni siquiera podría considerarse un acto criminal. Comentó que su gesto, que imitaba de forma burda un arma, fue respuesta de otro gesto indecente por parte de su vecino. La sentencia del juez fue una multa de 100 dólares y cargos administrativos.
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