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Nos platican que algo muy delicado está por ocurrir en el Congreso de la Ciudad de México, pues quieren desviar 1 millón 200 mil pesos presupuestados para su canal de televisión, el 21.2. Esto, dicen, es para cumplir un caprichito del Secretario de Cultura de la Ciudad de México, Alfonso Suárez del Real, con el respaldo de la diputada de Morena, Valentina Batres.
Esto, a todas luces, es ilegal, pues se trata de un peculado, porque los recursos están etiquetados para la operación de este importante medio de difusión exclusivo del Congreso capitalino.
Todos los legisladores ya están alertados de esta delicada situación, pues el Director del Canal de TV del Congreso, Ricardo Rocha, se los informó en una misiva que les envió.
De concretarse este desvío de recursos, el Canal no tendría dinero para operar en el mes de septiembre, con lo que podría hacerse acreedor a una multa millonaria por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones, pues no puede bajar su señal unilateralmente.
También habría problemas legales con el Instituto Nacional Electoral y con la Dirección de Radio y Televisión de la Secretaría de Gobernación, porque hay convenios anuales y debe cubrirse la transmisión de los tiempos oficiales del Estado.
Las multas que recibiría el Canal del Congreso serían mucho mayores a los 7 millones 323 mil 500 pesos que se requieren para que pueda operar los últimos 4 meses del año.
Eso es ir contra la austeridad que pregona la Cuarta Transformación.
A UNAS HORAS de que inicie el segundo periodo ordinario de sesiones en el Congreso capitalino, todo apunta a que el panista Mauricio Tabe se quedará al frente de la Junta de Coordinación Política y una mujer ocupará la Mesa Directiva del Congreso, se trata de la petista –cuasi morenista-, Isabela Rosales.