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Con la extinción en la CDMX del Cuerpo de Granaderos, que tuvo una importante presencia a partir del Movimiento del 68, las marchas y protestas en las calles ya no son más una batalla campal porros-policías.
El Gobierno local adoptó el papel de espectador (a través de sus cámaras), mientras la tarea de los organismos de derechos humanos de acompañar las manifestaciones como las de la semana pasada en la SSC, PGJ y el MB Insurgentes, no tuvo un buen resultado.
La imagen del ombudsmovil semidestruido y de la combi del colectivo guerrerense “Zapata Vive”, lo confirmaron.
En este sexenio morenista, la legítima pelea en favor de la seguridad de las mujeres comienza a tejerse entre sociedad, Gobierno y ONG. Y ello es gracias a las acciones (con todo vandalismo) de las propias mujeres más que al carácter paritario del GCDMX.
Ante las estadísticas vertidas por el Observatorio Nacional Ciudadano, que reflejan una violenta CDMX, no sería descabellado pensar en crear un Cuerpo de GRANADERAS.