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Hace un mes que el Gobierno capitalino implementó en el Centro Histórico una estrategia especial de seguridad: lo dividió en 22 microcuadrantes para inhibir tres delitos que preocupan al ciudadano que camina las calles, va de compras o trabaja en el corazón de la Ciudad. Estos son el robo a transeúntes, a negocios y la extorsión.
El alcalde Néstor Núñez, tiene la misión de dar resultados y para ello también cuenta con la Estrategia de Proximidad por Cuadrantes que retomó Claudia Sheinbaum del Gobierno de Marcelo Ebrard.
En ese entonces, la hoy secretaria de Gobierno, Rosa Icela Rodríguez, tenía a su cargo las 71 Coordinaciones Territoriales de Seguridad. Hoy, la Ciudad quedó dividida en 847 cuadrantes.
La intención es ambiciosa y en el pasado trajo resultados. Lo lamentable es que en este reacomodo, en el caso de la alcaldía Cuauhtémoc, ya empezaron las quejas por los relevos en los mandos policiacos.
Miembros de comités ciudadanos que participan en las reuniones semanales de Seguridad, se han quejado de que hay colonias como la Hipódromo en la que ni siquiera tienen una patrulla. Los vecinos han sido severos, pues aseguran que “el primer delincuente es el alcalde” por los intereses económicos que mantiene con los comerciantes informales.