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LA DESLEALTAD en la política no es cosa nueva, quienes viven inmersos en ella lo saben. Pero preocupa que ésta se dé por permanecer en un cargo, olvidando ideologías, pero sobre todo principios.
En Tlalnepantla, al edil Raciel Pérez Cruz debería de inquietarle tener al frente de la tesorería a un personaje que operó a su favor cuando éste fungía en el mismo cargo en la administración que le antecedió. Y es que resulta extraño, que la exalcaldesa, Denisse Ugalde Alegría, con información de su entonces tesorero, Ricardo Santos Arreola, haya dicho que dejaba 100 millones de pesos a la nueva administración para empezar su Gobierno y resulta que no eran 100, sino 380 millones con los que inició a operar Pérez Cruz.
Es decir, ¿dónde estaban 280 millones?, eso solo Santos Arreola lo sabía y se lo ocultó a su entonces jefa, la razón, quedar bien con quien sería su nuevo pastor, Raciel.
Queda claro que los recursos municipales de Tlalnepantla, no están en manos de alguien en quien se pueda confiar. Y no resultaría extraño que en un futuro, Ricardo Santos volviera a operar a favor de algún otro personaje sin importar la condición de partido que le ofreciera permanecer en el cargo. ¿Se la jugará Raciel?
LA DE HOY: El Órgano Superior de Fiscalización (OSFEM), que preside aún Fernando Valente Baz Ferreira, debería ordenar una minuciosa investigación al tesorero de la alcaldía de Atizapán de Zaragoza, debido al manejo poco claro de los recursos municipales ubicados en la cuenta de Banorte, terminación 0226. Ahí sin duda, encontrarán las evidencias de transferencias poco usuales. AÚN HAY MÁS.
