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Con la desaparición de 1,500 plazas de lo que llaman de ‘reciente creación’ y no contaban con antecedentes legales en el Gobierno de la Ciudad, se abre un boquete financiero que futuras administraciones estarían heredando, pues los trabajadores no se quedarán de manos cruzadas.
Muchos ya interpusieron demandas laborales. El pago de laudos podría ser una de las constantes de los futuros gobiernos locales, incluyendo a las 16 alcaldías, donde también se ha iniciado una ola de despidos de trabajadores de base y estructura.
Tal es el caso de Gustavo A. Madero, donde el alcalde Francisco Chíguil les ha negado el pago de su primera quincena de marzo a más de 65 trabajadores de base, quienes pertenecen a familias de escasos recursos y que viven al día, por su bajo sueldo.
Los señalamientos han sido muchos en contra del alcalde: inacción ante la inseguridad, pifias administrativas, despidos injustificados, inconformidad social por su desinterés, y ahora negar el pago a esas familias que quedan vulnerables.
Por eso, Víctor Hugo Lobo, diputado local del PRD y ex titular de esa alcaldía, de plano lanza el reto a Chíguil Figueroa para que les restituya a la brevedad el pago correspondiente a la primera quincena de marzo, pues considera que es ‘mezquino y ruin’ que por cálculos políticos y sin reparar en el daño económico que genera a 65 familias de escasos recursos.
Las plazas afectadas cuentan con todo el respaldo jurídico administrativo, sobre todo, porque presupuestalmente está respaldado el ejercicio de estos trabajadores, basta recordar que durante 2018 el gasto para servicios personales fue de 2 mil 174 millones de pesos , en tanto que el presupuesto aprobado para este año fue de 2 mil 190 millones de pesos, es decir un aumento de 16 millones de pesos. ¿Por qué la negativa?