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AQUEL QUE TIENE EN EL CORAZÓN LA ESTATUA DE VICENTE GUERRERO, ES CÉLEBRE…
Esta rodeado de sindicatos y de hoteles, pues tiene fama de albergar a damas del tacón dorado. Siendo un jardín bonito, a veces se afea por los sin techo que duermen en sus bancas, pero no siempre fue así, antes de ser jardín fue el atrio de la iglesia de San Fernando, era muy grande.
Tan grande que en 1839 por edicto el atrio, se convirtió en jardín, y es que era tan grande el convento y el panteón que colindaba con el hospital de san Hipólito y el convento de los Fernandinos que ya existe y estaba por los rumbos de la calzada de Tacuba; dicen que en el centro corría un acueducto que traía las aguas de Santa Fe.
En el último tercio del siglo XIX se comenzó a urbanizar la colonia de San Fernando o Buenavista que terminaría siendo la colonia Guerrero, las calles de esta zona eran ocupadas por el convento de los Fernandinos, de aquellos años es el panteón de san Fernando, que al principio era muy fifí, un panteón nacional; más tarde se llamó de los Hombres Ilustres y es el único panteón civil que se conserva del siglo XIX.
A principios de siglo, se tomó una foto donde se puede ver en un carruaje, a Porfirio Díaz ir por la avenida que cruza por el frente del panteón y la iglesia, ahora desparecida, para unir el jardín con la iglesia y conservar los arcos del panteón, que han servido de inspiración a tantos estudiantes de la escuela de Arte de la Esmeralda, que dibujaban los arcos o los bosquejaban para sus ejercicios de dibujo, y es que la Esmeralda está en la siguiente calle donde termina el panteón.
El panteón y el jardín de San Fernando ha servido de inspiración a los estudiantes de arte, muchas de sus primeras obras son estos paisajes, tanto del panteón como los arcos o los personajes que pululan por el jardín, de ahí esa atmosfera, a pesar de todo, romántica que guardan este rincón de la Ciudad de México y que ha servido de inspiración a tanto artista, que a lo mejor como José Luis Cuevas o Toulouse Lautrec pintaban personajes de la vida alegre o mejor dicho de la vida triste y pensar que el jardín y el panteón están a unas calles de la Alameda Central o de Reforma, digo que tanto es tantito…