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En la alcaldía de Álvaro Obregón, se observa un crecimiento desmedido y desorganizado de desarrollos inmobiliarios, pues se sigue realizando la construcción de grandes complejos que afectan la zona en la que se encuentran, y lo que preocupa es en la total libertad en la que se están llevando a cabo estas obras, pues parece que no hay autoridad que verifique lo que está pasando.
Tal parece que el lema que utilizó en campaña la alcaldesa de Álvaro Obregón, Layda Sansores, “ni un ladrillo más, ni un árbol menos”, desafortunadamente es todo lo contrario “ladrillos, varillas y cemento más, y la caída de más arboles”, dejando claro que no se está realizando un trabajo a favor de los ciudadanos, más bien, se está afectando su calidad de vida.
El diputado del PAN, Pablo Montes de Oca, asegura que la “omisión también es corrupción” y en la administración de Álvaro Obregón se están comenzando a omitir cosas, siendo los ciudadanos quienes salen directamente afectados.
Son varias las construcciones que se encuentran en el ojo del huracán. No sólo los perredistas utilizaban esas prácticas, y aunque en las administraciones pasadas de esa alcaldía las cosas se hicieron bajo el lema de la corrupción, también ahora los de la Cuarta Transformación se la saben y buscan hacerse de sus propios negocios.
Por ello, el panista pidió al Instituto de Verificación Administrativa, a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y a la alcaldesa en Álvaro Obregón, Layda Sansores San Román, un informe pormenorizado sobre algunas construcciones.
Donde andan muy contentos es la Benito Juárez, donde el alcalde Santiago Taboada inauguró la Dirección de Conciliación y Mediación Ciudadana, siendo la primer alcaldía de la Ciudad de México en elevar el rango de esta área, con el objetivo de atender los conflictos vecinales y evitar que estos se judicialicen.