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Aunque uno de los logros incuestionables de la denominada “Cuarta Transformación” fue la paridad política de género, al conformarse con el voto morenista congresos de mitad mujeres, mitad hombres, después de estos 100 días de Gobierno los avances en materia legislativa apenas se han visto reflejados en mesas de trabajo, diagnósticos y, en el caso del Gobierno central (con una mujer al frente), se logró integrar un enfoque de perspectiva de género dentro una de las cloacas más corruptas que nuestra capital tenga en sus registros: las agencias del Ministerio Público.
Con las 156 abogadas en las 70 agencias, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, materializó un acierto concreto en el poder judicial. Otro más fue el del Congreso federal que clasificó al delito de feminicidio para que amerite prisión preventiva (con la modificación del Artículo 19 constitucional).
No obstante estos pasos en favor de la equidad de género, en el marco del Día Internacional de las Mujeres, si apuntamos los reflectores hacia las ocho alcaldesas de la Ciudad, muy poco podemos resaltar de sus políticas para sacar del atolladero de la injusticia a su mujeres, con acciones tan básicas como el no despedirlas de sus empleos, la cual ha sido en estos 5 meses una constante denuncia.